40 comerciantes de la Asociación 12 de mayo trabajan exclusivamente en la ruta del Corredor Sur Occidental. Foto: El Comercio
El sol todavía no ha salido. Un intenso frío se siente en el sur de Quito. Son las 06:00 y Darwin Flores toma su chaleco azul con una notoria letra Q -identidad visual de la administración del exalcalde Augusto Barrera- bordada con los colores blanco y rojo, en la parte frontal, mientras que en la parte posterior se lee ‘Comerciante Autorizado‘. Lleva consigo también una credencial en la que se puede ver sus nombres, su foto y la autorización para desempeñar su labor; y un mostrador improvisado en el cual reposan una decena de caramelos de todos los colores y texturas.
Flores se dispone a salir desde su casa, ubicada en La Mascota, en el sur de Quito, para ingresar al Corredor Sur Occidental y ofrecer sus productos. Esa misma rutina la realiza de lunes a domingo.
María Tipantuña, otra comerciante, se despierta a las 04:00 para preparar habas, melcocha y maní enconfitado. Alrededor de dos horas le toma preparar los dulces. Luego procede a envolvernos, uno por uno, en sus respectivos empaques. Su hogar, ubicado en la Mena 2, se ha convertido en su pequeña empresa.
Darwin Flores trabaja hace ocho años como comerciante de caramelos, helados y fantasías. Él es el presidente de la asociación 12 de mayo, que labora en este Corredor.
Darwin Flores es el presidente de la Asociación del Comerciantes 12 de mayo. Foto: El Comercio
Al igual que él, otros 75 socios forman parte de esta asociación; 40 de ellos trabajan exclusivamente en la ruta del Corredor Sur Occidental. De acuerdo con Flores, sus compañeros desempeñan una labor diferente a la de un trabajador autónomo convencional. Según indicó, todos portan los uniformes de la organización, los cuales indican que han sido autorizados para trabajar en ese lugar. “Optamos por ponernos uniforme para que nos distingan. Así evitamos mezclarnos con los pasajeros y la delincuencia. Un delincuente no va a ir uniformado”.
Flores indicó que los integrantes de la asociación recibieron en el 2011 un curso de capacitación por parte la Agencia Metropolitana de Promoción Económica ConQuito.
De acuerdo con Cristian Proaño, técnico de proyecto de ConQuito, los comerciantes fueron capacitados de manera gratuita. Durante 40 horas recibieron instrucción en temas relacionados con la manipulación de alimentos, marketing y ventas. Así como también en atención al cliente, relaciones interpersonales, presentación del producto, aspecto personal, costos y contabilidad.
Los cursos están destinados para los comerciantes desde los 18 hasta los 90 años, expresó Proaño. El objetivo de esta capacitación, según dijo, es “enseñarles a los trabajadores autónomos que pueden crecer como microempresarios. El fin es que salgan de las calles para que no profesionalicen esta actividad”. Sin embargo, Tipantuña comentó que prefiera continuar con el trabajo en los buses, porque adquirir un local le resulta más costoso y, muchas veces, se presentan inconvenientes con los permisos de funcionamiento.
Otro aspecto que caracteriza a esta organización es que sus integrantes han decidido mejorar su servicio ayudando a los pasajeros desorientados. “Les ayudo a subir a los buses. Les indico hacia dónde van las unidades. Una vez que ellos suben, subo yo”, expresó Tipantuña.
María Tipantuña trabaja desde las 04:00 de lunes a domingo. Foto: El Comercio
Llega la noche, la cantidad de pasajeros en el Corredor Sur Occidental parece no reducirse. Flores y Tipantuña continúan su trabajo hasta las 20:00. Se retiran temprano, pues al día siguiente deben continuar con su misma labor.
Los comerciantes de la Asociación 12 de mayo coinciden en que las todas las organizaciones de trabajadores autónomos deberían organizarse, pues así se da una buena imagen al usuario y se mejora el servicio.