Los productos son colocados en las aceras en el sector de Santa Clara en Quito. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Los transeúntes que se movilizan por las calles Ramírez Dávalos y Ulloa, en el centro-norte de Quito, piden al Municipio que realice controles de espacio público. Se quejan de que los vendedores informales que se instalan en las veredas impiden la circulación de los peatones.
Lo mismo hacen los propietarios de los locales que venden muebles de madera y exhiben su mercadería en las aceras. La mañana de este viernes 28 de septiembre del 2018, este Diario hizo un recorrido en ese sector y constató que varios almacenes sacaban sus muebles y los colocaban en la vereda.
Eso causó malestar en los transeúntes. Para Jaime Shiguango, los muebles colocados en la acera solo causan incomodidad ya que impiden el paso. Pidió al Municipio que regule a quienes realizan esa práctica. Lo mismo opinó su esposa, María Narváez. “En la capital no puede haber estas cosas”.
Objetos de madera en las aceras de las calles Ramírez Dávalos y Ulloa, en el centro-norte de Quito. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
La estudiante universitaria Estefanía Bolaños dijo que una vez se tropezó con un comerciante en la calle. “Lo malo es que quienes ocupan las veredas reaccionan de forma grosera. No es el lugar en donde deberían ubicarse”.
Al economista Lenín Chiliquinga también le incomoda, pero entiende que en la actualidad no hay empleo y la gente debe salir a trabajar para subsistir.
La mercadería se coloca en la mañana en las aceras y es retirada por la tarde. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO