En las calles de Quito se puede encontrar todo tipo de productos. Fotos: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Los comerciantes informales caminan entre los vehículos con toda clase de productos. Ofrecen frutas, verduras, helados, papas fritas, bolsas de maní, hamacas, protectores de parabrisas, accesorios de teléfonos celulares, franelas, mascarillas, sombreros y trajes de bioseguridad a los conductores que, en su mayoría, los observan indiferentes desde sus vehículos.
A las 10:30 de este jueves, 2 de julio del 2020, se formó una larga fila de vehículos que alcanzó unos dos kilómetros en la avenida Simón Bolívar, desde el ingreso al barrio La Argelia hasta el mirador de La Forestal, en el suroriente de Quito. Los trabajos de repavimentación que se ejecutan en ese tramo por parte de la Epmmop, en sentido norte – sur, han contribuido para que allí se concentre un grupo de aproximadamente 20 vendedores autónomos no regularizados desde las 08:00 en adelante, todos los días.
Los vendedores aprovechan la congestión generada por las obras en las vías. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO
Cuando hace calor, ellos utilizan gorra y ropa ligera. En las lluvias, se ponen chompas abrigadas y pantalones de tela gruesa. La mayoría de productos son baratos y se comercializan a un dólar, pero algunos conductores prefieren no comprarles por temor a contraer covid-19. Otros, en cambio, toman las bolsas y las desinfectan con alcohol adentro de sus carros. Luego se untan gel en las manos.
Los precios de otros artículos varían. Una mujer expendía trajes de bioseguridad a USD 9, en cualquier talla. Las hamacas se comercializaban en más de USD 15, pero aceptaban rebajas. Lo mismo ocurría con los protectores faciales que costaban 5.
En el trayecto aparecían hombres y mujeres de todas las edades, ecuatorianos y extranjeros. Algunos se ubicaban incluso en el parterre de la vía, arrimados junto a los árboles con niños en sus brazos. Los carros se demoraban aproximadamente 10 minutos en recorrer ese tramo para continuar su camino con dirección al sur por la avenida Gonzalo Pérez Bustamante y finalmente seguir por la Rafael Morán Valverde que conduce a Chillogallo.
Otros grupos de comerciantes y limpiaparabrisas aparecieron en el redondel frente al centro comercial Quicentro Sur. En Chillogallo, la oferta de productos no varía con relación a otros sectores de la ciudad. Debajo del intercambiador, al ingreso de la calle Manuel Coronado, aparecen decenas de personas con toda clase de alimentos. La cubeta de huevos, por ejemplo, tiene costos diferentes, entre USD 2,80 y 3, dependiendo del tamaño de cada unidad.
Los seis rollos de papel higiénico se vendían a USD 1. De forma desordenada, los comerciantes caminaban por las aceras, se tomaban los espacios públicos y dificultaban el paso de los peatones. Cada pollo se expendía a USD 5, las dos pechugas en 4,50. Algunos comerciantes ni siquiera utilizaban mascarilla y algunos se sentaban en las aceras para servirse alimentos.