Santiago Zeas, corresponsal en Bogotá
Con el anuncio de estabilizar sus relaciones bilaterales, Ecuador y Colombia decidieron retomar de forma integral la coordinación militar en materia de seguridad en la zona fronteriza.
Para ello, ambos gobiernos acordaron en Nueva York reactivar la Comisión Binacional de Frontera (Combifron), que dejó de funcionar por decisión de Quito, tras el ataque colombiano del 1 de marzo de 2008 a una base de las FARC en Angostura. Allí murió el número dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Raúl Reyes.
La proyección
Las comisiones binacionales de frontera con todos sus vecinos son estratégicas para la política de seguridad colombiana.
Esos grupos funcionan con Venezuela, Brasil, Panamá, Perú Ecuador, entre otros.
A través de ellas comparte información con todos sus vecinos sobre las actividades que grupos guerrilleros, narcotraficantes y bandas delincuenciales que operan en los límites fronterizas.
En el comunicado conjunto Colombia también se comprometió a realizar todos sus esfuerzos para mantener su presencia efectiva en la frontera con Ecuador. Esa es otra condición del país para normalizar nexos.De hecho, la reactivación de la Combifron tiene como uno de sus objetivos centrales evitar que se repitan episodios similares a los del 1 de marzo. La idea es que, en adelante, las FF.AA. de Ecuador y Colombia, con la coordinación de sus respectivas cancillerías, compartan a través de este instrumento bilateral información clave de las actividades ilegales que se realizan en la frontera.
La importancia a futuro de la Combifron reside en el hecho de que el Gobierno de Bogotá se comprometió a no realizar más operaciones militares en territorio ecuatoriano ni ataques como los del 1 de marzo.
Por ello, en caso de que el Ejército colombiano tenga datos o coordenadas de ubicación de jefes guerrilleros o campamentos de fuerzas rebeldes, su Gobierno se comprometió a compartirlos en el Combifron. Es un primer paso para dejar de lado la tesis de recurrir a ataques militares extraterritoriales, que precipitó la crisis bilateral entre ambos países, luego del bombardeo.
En efecto, tras el acercamiento con su par de Ecuador la semana anterior, el canciller Jaime Bermúdez explicó que a través de la Combifron se complementarán procedimientos bilaterales como la cartilla de seguridad.
De este modo -anunció el Ministerio de Relaciones Exteriores- habrá un canal bilateral que permitirá compartir información y coordinación de acciones que puedan llevar a la captura de miembros de la guerrilla de las FARC que actúan a lo largo de los 670 km de frontera.
Si bien los ejércitos de ambos países siguieron aplicando la cartilla de seguridad, que fija procedimientos básicos para evitar roces, no tenían el instrumento bilateral para tomar decisiones en temas de envergadura para la seguridad de ambos Estados.
Por ello, con la reactivación de la Combifron, nuevamente se retomarán reuniones bilaterales de Inteligencia militar sobre asuntos relacionados con la seguridad en el área fronteriza.
Precisamente, ese fue uno de los mecanismos de trabajo bilateral que se ha aplicado desde 1996, cuando se creó la Comisión Binacional.
Sin embargo, después del ataque del 1 de marzo de 2008, el intercambio de información de Inteligencia entre ambos países se vio interrumpido. Incluso, oficiales como el coronel Mario Pazmiño, ex director de Inteligencia del Ejército ecuatoriano, salieron de Fuerzas Armadas después del bombardeo al campamento donde se encontraba Raúl Reyes. Y ahora son indagados por la Fiscalía, dentro del proceso que lleva para esclarecer los hechos que rodearon al bombardeo.
Por eso, en Colombia se cree que tomará tiempo retomar la confianza entre las instituciones de ambos países que integran la Combifron, como lo señala el internacionalista y experto Fernando Fcvitanic.
¿Qué efectos traerá en la frontera la reactivación de la Combifron? Analistas en materia de seguridad y defensa sostienen que el funcionamiento de ese instrumento obligará a que las FARC realicen un replanteamiento táctico en la frontera común. “Su cadena de apoyo logístico, a través de corredores de movilidad, también tendrá que cambiar”, apunta César Castaño, analista de temas militares colombiano.
Desde su óptica, la normalización en las tareas de intercambio de información militar entre ambos países reduce el campo de acción de las fuerzas irregulares que suelen filtrarse en las provincias fronterizas como Carchi, Esmeraldas y Sucumbíos.