El Gobierno Nacional de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) instalarán la mesa de negociaciones en la Hacienda Cashapamba, a unos 30 km de Quito. La Policía realizó controles de seguridad en el lugar este 7 de febrero del 2017. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
El gobierno de Colombia y el ELN, última guerrilla activa de ese país, se alistaban el martes en Ecuador para inaugurar diálogos de paz para poner fin al conflicto más largo y sangriento de América.
Después de tres años de contactos secretos y varios meses de demora, delegados del gobierno de Juan Manuel Santos y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) instalarán la mesa de negociaciones a las 17:00 (22:00 GMT) en la Hacienda Cashapamba, una propiedad de los jesuitas a unos 30 km de Quito.
“La fase pública de conversaciones (…) nos permitirá alcanzar la paz completa”, afirmó días atrás el presidente Juan Manuel Santos, Nobel de Paz que selló un histórico acuerdo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas), principal y más antiguo grupo insurgente del país.
“Muy buenos días para el mundo y Colombia, un gran amanecer latinoamericano lleno de esperanza, conviccion, alegria y paz”, escribió este martes, 7 de febrero, en Twitter el ELN, levantado en armas desde 1964.
En una ceremonia de una hora y media, los jefes negociadores del gobierno, Juan Camilo Restrepo, y de la guerrilla, Pablo Beltrán, abrirán las pláticas ante representantes de los países garantes (Ecuador, Brasil, Chile, Cuba, Noruega y Venezuela) , 150 invitados y unos 60 medios de comunicación nacionales e internacionales.
Los debates se iniciarán el miércoles 8 a puerta cerrada, según fuentes de la cancillería de Ecuador, donde se celebrarán la primera y la última ronda de negociaciones. El resto se prevé en los otros países garantes.
‘Más fundamentalistas que las FARC’
El proceso de paz con el ELN “se anuncia difícil” y diferente al que se desarrolló durante cuatro años en Cuba con las FARC, indicó a AFP el politólogo Frédéric Massé.
“ EL ELN tiene reivindicaciones un poco más fundamentalistas que las FARC (…), quiere cambios mucho más profundos”, dijo este profesor de la Universidad Externado de Bogotá. “No se presenta como un representante del pueblo, sino como un mediador. Para el ELN, es la sociedad la que debe negociar”, agregó.
La “participación de la sociedad civil en la construcción de la paz” es precisamente uno de los seis puntos de la agenda, que también incluye los de “democracia para la paz”, “transformaciones para la paz”, “víctimas”, “fin del conflicto armado” e “implementación”.
Desde el sábado en Bogotá, y desde este martes en el centro de Quito, organizaciones sociales se reúnen en la llamada Mesa Social para la Paz para respaldar el diálogo y aportar ideas.
Sin embargo, según una encuesta divulgada este martes por el diario El Tiempo y W Radio, 61,2% de los consultados “no cree” en las intenciones del ELN de alcanzar un acuerdo de paz.
“Uno de los puntos más difíciles va a ser el de transformaciones para la paz, no porque el ELN esté pidiendo una cosa maximalista, sino porque un sector del gobierno sigue pensando que la paz es igual al desarme de los guerrilleros sin hacer ningún tipo de transformaciones sociales”, explicó Víctor de Currea, autor de varios libros sobre el ELN.
‘Por nuestros hijos’
Con las pláticas con el ELN, Colombia, que implementa el pacto firmado con las FARC en noviembre, busca superar una conflagración interna que ha involucrado, además de guerrillas, a paramilitares y fuerzas del Estado, con saldo de 260 000 muertos, 60 000 desparecidos y 6,9 millones de desplazados.
“Quiero creer que en esta oportunidad el ELN sí tiene la decisión de abandonar la violencia. Por nuestros hijos ojalá sea así”, tuiteó ministro del Interior colombiano, Juan Fernando Cristo, cuyo padre fue asesinado por el ELN en 1997.
La mesa debía haberse instalado en octubre, pero se retrasó por la exigencia de Santos de que fuera liberado un excongresista rehén del ELN desde abril, y de la guerrilla de que el gobierno indultara a dos rebeldes presos y nombrara facilitadores de paz a otros dos.
La entrega del militar Fredy Moreno Mahecha, que el ELN había capturado el 24 de enero en el noreste de Colombia, reforzó la confianza en el proceso. “Genera un buen ambiente”, declaró a AFP en Quito el senador de izquierda Iván Cepeda, facilitador de los diálogos con las FARC.
Sin esto, “la mesa hubiera empezado ya con cuestionamientos serios”, explicó por su parte Kyle Johnson, del International Crisis Group.