Colectivos de Guayaquil organizan un plantón por la inocencia, que se desarrollará el sábado 21 de octubre del 2017, para pedir justicia en el caso de abuso sexual a niños en una escuela del Puerto Principal. Foto: Joffre Flores/ EL COMERCIO
Su relato es estremecedor. “Todo lo que ha pasado mi hijo me ha causado mucho dolor. Todos los días siento impotencia al pensar cómo mi niño, tan indefenso, tuvo que pasar todas estas barbaridades. Eso me ha llenado de coraje y he decido batallar”.
Martha (nombre protegido), la noche del miércoles 18 de octubre del 2017, recordó nuevamente cuando sentó al niño en sus piernas.
Lo que escuchó la impulsó a emprender una lucha por descubrir a los culpables, a recorrer la escuela en busca de respuestas y hasta subirse en el expreso escolar para llegar a las casas de los demás niños y destapar más casos de abuso.
Después de pasar casi todo el día en la Fiscalía, entre versiones y nuevas evaluaciones a su hijo, la joven madre asistió la noche del miércoles 18 de octubre a una reunión con colectivos sociales.
Su rostro lucía cansado, pero su voz conserva la misma energía del día que denunció los casos, a inicios de este mes. Para demostrar su apoyo, grupos de mujeres y asociaciones Glbti, organizaciones sociales y culturales, gremios de educadores y abogados se unieron para preparar un plantón por la inocencia, el sábado 21 de octubre a las 10:00 en la Plaza San Francisco, en el centro de Guayaquil.
“Usaremos ropa negra porque la inocencia está de luto”, dijo una de las organizadoras. El encuentro será a las 10:00 y ahí harán público un manifiesto con propuestas para el Estado.
Después de oír el testimonio de Martha, Emilin Aguayo resumió algunas de las propuestas que presentarán en el plantón. Ella es parte del colectivo cultural Espacio abierto de ideas y dijo que resulta urgente trabajar en la prevención y en redefinir cómo se aborda la educación sexual, desde los ministerios de Educación y Salud.
“Hay que hablar con los niños acerca de su cuerpo, que nadie debe tocarlos ni violentarlos. La dificultad que tienen los niños para hablar de esto es porque no damos nombre a las cosas. Hay que fomentar la educación sexual adaptada a los niños”.
El año pasado, un informe de la Organización Mundial de la Salud reveló que 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 hombres han declarado haber sufrido abusos sexuales durante su infancia.
Frente a estas cifras, el Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ve como necesario dar información sobre abuso sexual desde el preescolar.
“En lugar de atemorizarlos, los programas educativos ayudarían a que, desde pequeños, los niños y las niñas desarrollen habilidades para protegerse de una manera útil y eficaz de los agresores”, cita un estudio de Unicef.
A más de ese pedido, los colectivos sociales de Guayaquil sugieren que los métodos de selección de los docentes sean más rigurosos, e incluyan evaluaciones sicológicas más profundas.
Cuando Martha acudió a la escuela en busca de apoyo, recuerda que en su lugar recibió amenazas. “Cuando le dije a la rectora que iba a denunciar me cerró la puerta de la escuela para que no salga. Y me dijo que si no se comprobaba nada yo sería la demandada. Me dio temor, pero reaccioné”.
Inti Lara, coordinadora del Movimiento de Niñez y Adolescencia del Guayas, cree que se debe depurar el sistema educativo en el país. “Quienes trabajan con los niños tienen que ser maestros formadores, no cualquier profesor”, dijo.
Mientras que Aguayo se refirió a las observaciones de clases, una tarea a cargo de los distritos educativos que, a su criterio, debe reforzarse. “Así se podría detectar otro tipo de falencias en las instituciones educativas”, dijo.
Otros colectivos exigen la inmediata ayuda sicológica para los niños de entre 7 y 8 años, del plantel público del norte de Guayaquil donde se reportaron las denuncias de abuso.
Martha ya no quiere preguntarle más a su hijo de lo que vivió dentro de uno de los baños de la escuela. Mañana, él y otros tres pequeños darán su versión en la Fiscalía, dentro de una cámara de Gesell.