Patricio Rivera, ministro Coordinador de la Política Económica. Ángelo Caputi, presidente Ejecutivo del Banco Guayaquil. Foto: EL COMERCIO
El reciente Código Monetario ha generado preocupación sobre cuatro temas: direccionamiento de crédito, moneda electrónica, manejo de la liquidez y un eventual freno al consumo. El ministro coordinador de la Política Económica, Patricio Rivera, en entrevista con Ecuadoradio, defendió la norma y la calificó como un instrumento para impulsar el desarrollo productivo.
Minimizó los temores de que el Código abra la puerta para la emisión de moneda sin respaldo, ya que, en su criterio, la norma es clara en señalar que no se podrá obligar a una persona a recibir una moneda distinta al dólar. Para Ángelo Caputi, presidente ejecutivo del Banco de Guayaquil, el hecho de que el texto señale que el dólar electrónico estará respaldado por activos líquidos del Banco Central, no es suficiente.
Al sector, dice, le preocupa que el Código no defina lo que es “excedente de liquidez” y defendió el hecho de que la banca privada coloca tanto o más crédito al sector productivo que la banca pública. Rivera dijo que dialogará con diversos sectores sobre estas preocupaciones.
La dolarización no corre peligro con el Código Monetario
Patricio Rivera, ministro Coordinador de la Política Económica
En su criterio, ¿cuáles son los beneficios del Código?
Busca tres grandes objetivos. El primero otorgar mayor seguridad a los depositantes a través de entidades más sólidas y mejor controladas. Segundo, utilizar el crédito como instrumento de desarrollo. Tercero, simplificar y sistematizar un aparato normativo caduco, que muchas veces contradice la Constitución.
Si bien se prohibió invertir recursos del Fondo de Liquidez en bonos del Ministerio de Finanzas, hay la posibilidad de colocaciones en otros bonos del Estado.
He oído a varios analistas sin mucho conocimiento de causa y temerarios que se permiten decir que el Gobierno está tan necesitado de recursos que busca utilizar esos dineros para la caja fiscal. Esa no es nuestra intención. Hay muchos dogmas de que comprar bonos del Estado es malo, acabamos de hace una emisión internacional de USD 2 000 millones y había interés por
5 000 millones. El Ecuador es un país que está mejorando, pero nos dicen que estamos ilíquidos. Revisen cifras y verán que Ecuador tiene un pico de liquidez excepcional positivo.
No se habló de si los bonos son malos o buenos per se, sino que la inversión del fondo sea en papeles líquidos para afrontar una eventual corrida de depósitos que puede originarse, por ejemplo, por una catástrofe
Estas preocupaciones son más teóricas que prácticas.
Pero, por ejemplo, María Soledad Barrera, presidenta del Directorio de la Corporación Financiera Nacional (CFN) decía ya en una entrevista que los recursos del Fondo de Liquidez se podrían constituir en una nueva fuente a la que podría acceder esta entidad.
La inversión tiene que hacerse con los criterios de liquidez, seguridad, rentabilidad y diversificación. Está dentro de la ley y no es opcional. También, está el calce bancario; es decir, si se capta a la vista (corto plazo) no se puede pedir que se preste a 10 o 15 años y tenemos una ley que se establece que se debe observar el calce.
En el direccionamiento del crédito, la banca teme que se le obligue a incursionar en segmentos donde no tiene mucha experiencia.
De ninguna manera. Lo que sí va a pasar es que podemos utilizar incentivos y desincentivos para hacer más atractivos los segmentos que nos interesa desarrollar y menos atractivos los que no.
70% del crédito es al área productiva, según la banca.
Esa clasificación de los créditos es inadecuada porque incluye crédito comercial. 70% de los créditos de la banca son a menos de un año, eso es capital de trabajo para comercio, pero no crédito productivo.
¿Corre peligro la dolarización con el Código?
De ninguna manera. El artículo 94 del Codigo dice que todas las operaciones monetarias y financieras y sus registros contables son en dólares.
¿Cómo garantizar que la moneda electrónica no sea una puerta para la emisión inorgánica y sin sustento?
El artículo 94 del Código dice que en ningún caso el Estado podrá obligar a una persona a recibir una moneda distinta al dólar, no es posible, sería ilegal.
¿Hay riesgo de que se paguen a los empleados públicos en electrónico?
Categóricamente no.
Ángelo Caputi Oyague, presidente Ejecutivo del Banco Guayaquil
Se direccionará el crédito con los recursos de los depositantes
¿Qué cambios se prevén en la banca con el nuevo Código Monetario?
Los cambios fundamentales están en la potestad del Estado y de la Junta de Regulación sobre el manejo de la liquidez de la banca y el direccionamiento del crédito. Habrá que ver cómo se pone en práctica a través de la nueva Junta de Regulación.
¿El Código que salió de la Asamblea responde a lo que conversaron con el Presidente de la República?
Hicimos varias propuestas. Algunas fueron acogidas y otras no. En la práctica fue poco lo que se acogió.
¿Qué se acogió?
Que el negocio bancario no sea de potestad del Estado, que el fondo de liquidez no pueda invertirse en papeles del Ministerio de Finanzas, aunque creemos que el espíritu del legislador fue que no se invierta en papeles del Estado.
¿Qué no se aceptó?
Pedimos que se defina el exceso de liquidez, y cuánto se podrá tener en liquidez doméstica e internacional, la cual se necesita para financiar el comercio exterior del país. Entendemos que eso será normado a través de regulaciones y resoluciones de la Junta.
¿Cómo quedó el tema del dinero electrónico?
Pedimos que para emitir un dólar en dinero electrónico, el cliente debe entregar un dólar físico. Y que ese dólar físico se mantenga siempre en el Banco Central. Caso contrario hay el riesgo de que no sea una dolarización sino una convertibilidad. El texto señala que el dólar electrónico estará respaldado por activos líquidos del Bancos Central. Desde nuestro punto de vista no es suficiente.
¿Se deja abierta la ventana para una convertibilidad?
Abre una ventana si en lugar de tener dinero efectivo para respaldar estos tipos de depósitos se ponen otros instrumentos. Creemos que esa no es la intención y el Gobierno ha dicho eso, pero el Código abre esa posibilidad.
¿Este Código es un punto de ruptura en la historia de la banca ecuatoriana?
Hay un cambio, pero no sé si es distinto al que hubo en las década de los 70 y 80, cuando había operaciones de redescuento y control de una Junta Monetaria. Probablemente es similar a esa época, con otros nombres o términos. En esas épocas también había direccionamiento del crédito con recursos del Banco Central. Hoy se pretende que sea con recursos de los depositantes -personas o empresas-, que son los dueños del dinero.
El Código nació porque el Gobierno cree que la banca no ha ayudado suficiente al sector productivo. ¿Es así?
El Gobierno ha dicho que la banca es sólida, líquida y que ha existido una apertura del mercado. Hay un aumento en la bancarización, una modernización de los medios de pago, operamos desde microcrédito hasta grandes corporaciones, pasando por más de 4,8 millones de personas que tienen acceso al crédito.
¿Esa banca se ha dedicado a fomentar el consumo?
Los datos de la Superintendencia de Bancos dicen que el 70% del crédito va al sector productivo: industrias, agricultura, pesca, turismo y comercio. También a vivienda y microcrédito. La banca privada coloca tanto o más crédito al sector productivo que la banca pública. Y lo hace de manera más eficiente.