Andrea Rodríguez B. Editora de TecnologíaNuestra navegación no es anónima. Nunca lo ha sido. El recorrido que hacemos por la Web se registra, porque los cibernautas tenemos un código que nos identifica cuando accedemos a Internet. Sin este código, llamado IP, los servidores web no podrían localizar la computadora desde la cual nos conectamos a la Red y, por lo tanto, no entregaría la información que buscamos en la Web. Para quienes defienden la privacidad, la dirección IP debe ser considerada información personal, porque al conocer la ubicación de la máquina, se puede identificar también a la persona que está detrás de ella. La navegación nunca es anónima. A las empresas que tienen motores de búsqueda, como Google, no les agrada del todo la idea de considerar a la dirección IP como un dato personal, porque las graban para establecer tendencias y así personalizar la publicidad.El argumento de empresas como Google y Yahoo! es que la dirección IP, no siempre identifica al usuario, porque no todas los internautas tienen una computadora propia y éstas, a menudo, son utilizadas por más de una persona. Eso significa que una IP no siempre está asociada a un usuario concreto. Este argumento no convence, porque no contempla a quienes sí disponen de un equipo. La IP no es un dato impersonal; es, sobre todo, el código que en el mundo virtual nos hace localizables.