El CNE definirá el calendario electoral en febrero del 2016

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Juan Pablo Pozo, presidente del CNE, se reúne con varios equipos de trabajo para establecer los tiempos electorales. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO

La actividad preparatoria de Guillermo Lasso con la mira hacia Carondelet, la inscripción de nuevos movimientos electorales y los posibles cambios en el proyecto de enmiendas constitucionales ponen en escena las elecciones presidenciales, de asambleístas y de parlamentarios andinos del 2017.

Según el Código de la Democracia, la convocatoria para inscribir candidatos tiene una fecha tentativa: 18 de octubre, aunque Juan Pablo Pozo, presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), afirma que aún no hay nada definido. Después de eso, quedan alrededor de 120 días para que en febrero del 2017 se realice la primera vuelta.

El Código de la Democracia está en la mira de la Asamblea Nacional en donde, según Pozo, reposan al menos 10 propuestas de reformas que envió el CNE. Para que estas sean aplicables en las elecciones del 2017, es necesario que entren en vigencia hasta febrero próximo, porque los cambios deben ser oficiales al menos un año antes de las votaciones.

En la ley electoral, hay fechas en firme como las de la posesión de asambleístas, parlamentarios andinos y binomio presidencial (ver infografía). Pero no hay un día específico designado para las votaciones.

El Observatorio Electoral, una iniciativa ciudadana de control al CNE, también está trabajando en un proyecto de reformas a esta legislación. En este se plantea que se determine como día de elecciones el tercer domingo de febrero; para la segunda vuelta, el último domingo de marzo.

La idea es que el Código dé, a través de fechas establecidas e inamovibles, una seguridad jurídica a los procesos electorales.

Actualmente, por ejemplo, hay plazos como que la convocatoria a elecciones debe hacerse con al menos 120 días de anticipación a los comicios. Pero no existen fechas ni mecanismos concretos para la realización de primarias dentro de las organizaciones políticas, según Fausto Camacho, miembro del Observatorio y exvocal del CNE.

Camacho dice que no se evidencia una voluntad política de cambiar la legislación antes del proceso, porque para hacerlo, el debate debía empezar al menos seis meses antes de los comicios. “En el fondo, creo que a los actuales integrantes de la mayoría legislativa, coidearios de los cinco integrantes del CNE, no les interesa mover las reglas del juego” en diversos temas, incluso el calendario.

Pozo señala que el CNE busca mejorar los tiempos de entrega de resultados y para eso se han hecho pruebas piloto como las de la consulta popular en la que se definió la pertenencia de La Manga del Cura a la provincia de Manabí. Además, está previsto que el Plan Operativo Electoral esté listo para febrero próximo. Este incluye el presupuesto que, en esta ocasión, omitirá el proyecto de voto electrónico.

Ahora, según Fidel Icaza, coordinador (s) de Participación Ciudadana del CNE, los movimientos y partidos políticos están inscribiéndose en el organismo y eligiendo sus directivas, como ocurrió el mes pasado en el Partido Socialista.

Para Medardo Oleas, exvicepresidente del Tribunal Supremo Electoral, el calendario únicamente establece los plazos para los procesos. Pero eso, afirma, es lo menos importante porque es un documento interno de trabajo del CNE. Lo importante, señala, es corregir los defectos del Código.

Por ejemplo, ve necesario revisar el mecanismo para nombrar miembros de juntas receptoras del voto y el tiempo de capacitación. “¿De qué me sirve saber cuándo nominarles si no sé cómo elegirlos?”. Por eso sugiere que las juntas cuenten con estudiantes de los últimos años de bachillerato, que sean capacitados en los colegios. “El calendario no tiene ningún efecto si no se solucionan los pequeños problemas técnicos que repercuten profundamente en el sistema electoral”.

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