El caudal de ríos como el Tomebamba, en Cuenca, ha descendido drásticamente. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
El ingreso de grandes masas de aire seco provenientes del sur del continente alejó las nubes del callejón interandino del Ecuador. El fenómeno ha provocado días muy calurosos y noches y madrugadas frías, desde finales de octubre.
Rodolfo Molina, técnico del área de Pronóstico del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), explica que los cielos despejados y la falta de nubosidades permiten el paso directo de los rayos solares y eso hace que se registren mañanas más calurosas.
Estas condiciones climáticas se han evidenciado sobre todo en la región andina, provocando sequías, daños en los cultivos e incendios forestales. Esto no es normal, pues el mes pasado ya debía empezar la época lluviosa en el país.
Según Molina, la falta de nubes también provoca que el calor acumulado en la mañana se pierda a medida que avanza el día. Por ello, no se produce un efecto invernadero, que guarda el calor durante las noches cuando hay nubosidades.
De acuerdo con el monitoreo del Inamhi, en lo que va de este mes Latacunga, capital de Cotopaxi, registró la temperatura más baja en todo el país. El mercurio de los termómetros descendió a -1,5° centígrados durante la noche del lunes pasado, lo cual es característico de la época invernal.
En Tulcán, Carchi, también se registró un descenso de temperatura de hasta 4° centígrados en la madrugada de ayer y de 22° al mediodía, lo cual es anormal para la época.
La variación climática tiene preocupados a los habitantes de la Sierra. Según Patricia Lara, moradora del valle del Chota, en Imbabura, los intensos fríos están provocando resfríos en los niños. El tema inquieta también a los campesinos porque el frío de las madrugadas, conocido también como heladas, congela y afecta a los pequeños cultivos.
Las papas, maíz, mora, arveja, habas y frutas son los sembríos más afectados por la falta de lluvias y las heladas según agricultores de Tungurahua. De acuerdo con un informe preliminar de la provincia emitido por el Ministerio de Agricultura y Ganadería, emitido el martes 22 de noviembre, 864 hectáreas de cultivos están afectadas, pero solo 18 de ellas (2%) se han perdido.
Fabián Valencia, director zonal del Magap, afirmó que los técnicos de la entidad están recogiendo información en las zonas de influencia. “Las temperaturas registradas son más bajas comparadas con lo sucedido el año anterior”. Estas condiciones, explicó, vuelven más vulnerables a los cultivos de hortalizas y frutas.
Por ello, se realiza una evaluación de seguimiento de las plantaciones en Ambato, Quero, Tisaleo y Pelileo. Luego se analizará la situación en Cevallos, Avelino Ramírez y en los sectores San Pedro y Corazón de Jesús. En estas dos últimas, las plantaciones de mora, durazno, claudia, maíz y papas ya se quemaron por las heladas.
Hugo Tustón, agricultor de la zona, conectó el sistema de riego por aspersión para salvar lo poco que le quedó.
En el Austro también se registra una sequía calificada como inusual para esta época del año, según el Inamhi. Para noviembre estaba previsto que en Cuenca llueva 86,2 milímetros, pero solo fueron 21,1 milímetros, que representa el 24% del total de lluvias esperadas para lo que va de este mes.
Solo el 10 de noviembre pasado hubo una precipitación importante pero desde entonces prácticamente ya no ha llovido en esta zona del país.
Este período de sequía también provocó que los caudales de los ríos cuencanos Tomebamba, Tarqui, Yanuncay y Machángara se reduzcan a niveles mínimos. Actualmente sus cauces lucen secos.
De acuerdo con la red de monitoreo de la Empresa Municipal Etapa, el Tomebamba registra un caudal de 0,23 metros cúbicos por segundo, el Tarqui 0,28, el Yanuncay 1,22 y el Machángara 1,89. Pese a la sequía, el gerente de Etapa, Iván Palacios, dijo que la producción de agua potable es normal, aunque pidió a la ciudadanía que no desperdicie este recurso.
El calor intenso también influyó en la proliferación de incendios forestales en Azuay. Según proyecciones de los técnicos del Gobierno Provincial, en este mes se han quemado más de 800 hectáreas de vegetación. Los cantones más afectados son Cuenca, Oña, Nabón, Pucará y Sígsig.
Debido a estas emergencias, el COE provincial está en sesión permanente. Según Patricio Luzuriaga, gobernador (e) del Azuay, “la sequía, sol intenso y vientos fuertes nos darán problemas unos días más”. SIn embargo, aseguró que existen los recursos necesarios y por ello no se ha declarado aún la emergencia provincial.