Redacción Quito
Los villancicos empezaron a escucharse en las calles el Centro Histórico. Los juguetes, bombillos, guirnaldas ya cuelgan de las entradas de los locales comerciales en este sector de la urbe.
Consuelo Naranjo, quien vive en la Quito Sur, llegó ayer en la mañana para realizar sus compras navideñas en la calle Bolívar. En esta arteria está ubicado el local de venta de caramelos y confites de Olga Díaz. El olor dulce de las galletas inunda el negocio que recibía a los primeros clientes, a las 09:00.
Los controles
La Policía Metropolitana tendrá el control permanente en todas las administraciones zonales. Habrá 300 efectivos.
El Municipio no otorgará permisos para la colocación de puestos de ventas navideñas. Tampoco se permitirán las ventas ambulantes.
Un grupo especial laborará en la noche para dar atención a personas vulnerables que se encuentren en estado de mendicidad, alcoholismo y drogadicción para trasladarlos a diferentes casas asistenciales.
La ciudadanía tiene a su servicio habilitada la línea directa 148 Policía Metropolitana, para receptar denuncias.Naranjo acostumbra comprar los dulces para las fundas de Navidad en este sitio, pues recuerda que venía desde niña. Mientras escogía los caramelos que llevaría, ríe con la propietaria al recordar que se conocen desde hace varios años. “Mi madre compraba los caramelos en este lugar. Siempre nos obsequiaban algunos dulces”.
La mujer estaba acompañada de Édgar Naranjo, uno de sus nueve hermanos. Él también afirmó que comprar los confites en este local es ya una tradición. “Los precios son convenientes y los productos son de calidad”.
recisamente, Laura Benítez llegó hasta el Centro Histórico para buscar buenos precios. La mujer vive en La Floresta y todos los años llega hasta este lugar para buscar juguetes para regalar a sus sobrinos.
Ella caminaba con paso rápido por la calle Benalcázar. Llevaba su cartera bajo el brazo y observaba las vitrinas en busca de los mejores obsequios. “En esta fecha se pueden aprovechar los descuentos para llevar un presente a la familia”, dice mientras ingresaba al comercial Marlene Espinosa, en la Benalcázar y Sucre.
El sonido de las canciones de Navidad, proveniente de las luces de colores, se confundía con el bullicio de los clientes que abarrotaban el local. Guirnaldas, árboles de Navidad, bombillos, recuerdos y juguetes se vendían ayer en ese sitio.
Con una sonrisa y con la predisposición de atender a la clientela, Diego Revelo era el encargado de cobrar a los clientes. Los bombillos y juegos de luces fueron los más vendidos. Pero los recuerdos y adornos también eran solicitados por los usuarios.
Benítez no encontró los juguetes que buscaba para sus sobrinos perose animó y compró un juego de luces para adornar el árbol de Navidad. Revelo afirmó que las ventas de estos artículos ya no son tan altas como en otros años. “Nuestra clientela es muy fiel, pero las ventas han disminuido”.
La misma opinión tuvo Marcelo Jurado, quien tiene un negocio de venta de galletas en la calle Sucre y Benalcázar. Para él, las ventas han bajado desde hace algunos años debido a la apertura de los centros comerciales en el norte y en el sur de la ciudad.
Jurado dijo que antes, durante la época navideña, contrataba hasta 30 personas para que lo ayuden a vender. Ayer, solo seis personas atendían el negocio. “Ahora la gente prefiere ir a un ‘mall’ porque el Centro se ha vuelto inseguro y tampoco tienen dónde parquear sus autos”.
Tatiana Quiroz, quien caminaba por la calle Chile en busca de obsequios para sus hijos, concuerda con Jurado. “Tuve que venir hoy (ayer) porque el fin de semana no hay dónde dejar el carro y hay demasiado tráfico”.
Con el objetivo de reducir los robos durante la época navideña, la Policía Metropolitana iniciará un operativo desde las 06:00 de mañana. En ese lugar trabajarán 250 efectivos, quienes además controlarán las ventas ambulantes.
Zoila Rojas, quien compró 12 gorros de Papá Noel en un local de la calle Cuenca, recordó que hace algunos años, el Centro Histórico se convertía en un gran mercado durante esta época. “Ahora está más limpio y se pueden hacer las compras de una manera ordenada”.
Rojas acotó que acude con regularidad al Centro para comprar mercadería al por mayor y luego venderla en su negocio, en Sangolquí. Ella hizo su compra en el local de Fabián Almeida.
En este lugar los villancicos, amplificados con un parlante colocado dentro del local, atraían a los clientes. Almeida vende disfraces de ángeles, de la Virgen María, de San José y de Papá Noel. Todas las indumentarias cuelgan de la entrada de su negocio. “Tenemos que ser más creativos, la venta de juguetes ya no es un buen negocio”.
Pero Luis Miranda prefiere seguir con la costumbre y vender juguetes. Él tiene un negocio en la calle Olmedo. Las muñecas, camiones de plástico, pelotas… están en las perchas. “Hay que aprovechar esta época”.
Dámar Martínez, quien también vende juguetes en un local de las calles Olmedo e Imbabura, se afanaba por atender a los clientes que buscaban regalos para los más pequeños.