Claro que Chile es un buen ejemplo

El Sr. Marco Cornejo Ubillus, el martes 22 de diciembre, hace una crítica a EL COMERCIO sobre un editorial publicado y titulado ‘El camino de Chile’.

Primero se debe leer bien para poder hacer una crítica constructiva o negativa.

El artículo de EL COMERCIO no tiene acápite parcializado a la derecha, solo hace un análisis de la realidad chilena.

Al Sr. Cornejo Ubillus no le gusta el éxito total de Chile y por eso profetiza: “... No pasará mucho tiempo y el pueblo chileno tendrá que levantarse nuevamente para construir las grandes alamedas” de que habló su Presidente socialista antes de morir”, se refiere al presidente Salvador Allende.

Dios no quiera que el pueblo chileno vuelva a pasar por la misma experiencia de la época de Allende, los chilenos no lo permitirán, defenderán su libertad a costa de su propia vida, porque es un pueblo valiente y digno el Sr. Cornejo debe mirar “las grandes alamedas” de Venezuela que gracias a un gobierno lleno de plenos poderes como es el que practica, disfrazando su comunismo con la tal revolución bolivariana, tiene a su pueblo lleno de mil necesidades, pudiendo ser una potencia mundial, con grandes capitales y fuentes de trabajo, gracias a su petróleo.

El comunismo que pretenden imponer en América es un sistema  que se acabó en el mundo, por obsoleto y abusivo, no funcionó,  no era práctico.
Es muy importante ver y leer la realidad que vivieron los países comunistas para poder opinar.

Todo lo contrario de Chile que goza de gran estatus, se respira libertad, hermosos campos, ciudades limpias, universidades de gran prestigio, grandes exportaciones, preciosas avenidas, programas de salud pública mucho mejor que las privadas, es el único país que ha entrado a formar parte de los 20 países poderosos del mundo por votación unánime y siguen progresando para eliminar la pobreza que aún existe, pero no retroceden sino que avanzan, pero esto  “les guste o no les guste” se debe a la organización que dejó Pinochet y que luego siguieron el mismo camino los gobiernos constitucionales.

Desde luego  que este ejemplo es que debemos seguir, ¿o usted cree Sr. Cornejo Ubillus que “las grandes alamedas” son el signo de  volvernos a todos miserables  y muertos de hambre?

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