Valdimir Serrano/Politólogo
En las primeras décadas del siglo XIX, Quito se convirtió en la capital republicana del actual Ecuador. Primero lo fue del Distrito del Sur en la República de Colombia y luego del Estado y República del Ecuador respectivamente.
Su función capitalina determinó que fuera el centro político del país y, por lo mismo, donde las desilusiones de la independencia más se hicieron sentir. El régimen de Juan José Flores pronto se volvió corrupto y autoritario. Frente a lo cual surgió el movimiento del Quiteño Libre, que se convirtió primero en una sociedad y luego contó con un periódico.
Este llevó el mismo nombre y desde el cual se hacía la oposición al Gobierno; la que se tornó beligerante e incluso intentó y un golpe de Estado. Fue orientado ideológicamente por el irlandés Francisco Hall e integrado por varios hijos de próceres o próceres mismos, como el caso del general José María Sáenz, quien fue asesinado en Tulcán.
El movimiento no consiguió sus propósitos y por el contrario, uno de sus miembros, Vicente Rocafuerte, pactó con Juan José Flores y fue el segundo presidente del Ecuador. De esta manera se consolidó al régimen floreano, que incluso llegó a expedir la Carta de la Esclavitud, en convención nacional, presidida por otro ex miembro de la mencionada sociedad de oposición, José Félix Valdivieso.
En pocos años concluyó el régimen floreano, habiendo sido expedida una nueva carta fundamental de corte más liberal, en la que incluso se suprimió la esclavitud en 1845, aunque se efectivizó años más tarde.
En el período posterior a lo señalado, el Ecuador sufrió dos graves peligros de desaparición, como república independiente.
En 1847, Juan José Flores había viajado a Europa y se encontraba indignado por los rompimientos de los convenios de La Elvira y La Virginia, donde se le consignaron algunas garantías no cumplidas por los siguientes gobiernos.
En esa fecha consiguió el apoyo de la reina regente de España, María Cristina de Borbón y Dos Sicilias, quien a la época se encontraba casada en matrimonio morganático con Fernando Sánchez Bulmes, duque de Riansare. Tuvieron como séptimo hijo a Juan, destinado dentro de esta aventura a ser rey del Ecuador, que se convertiría en una monarquía, abarcando Perú y Chile.
Las diversas gestiones diplomáticas de Rocafuerte y sobre todo del político Manuel Gómez de la Torre, así como la oposición en la propia Europa y de Perú y Chile, impidieron que cuaje la invasión. Al paso de 12 años, el mismo Ecuador se dividía en varios gobiernos, produciéndose el derrocamiento del general Francisco Robles.
El presidente peruano, mariscal Ramón Castilla, arribó a Guayaquil, en donde firmó un tratado en Mapasingue con el general Guillermo Molina en detrimento de los intereses nacionales.
Es entonces cuando aparece como una gran figura política Gabriel García Moreno, a quien algunos historiadores consideran como el salvador de la unidad nacional. Sin embargo Pedro Moncayo, quien estuvo con él en Lima, afirmó que fue engañado con facilidad por el mariscal Ramón Castilla.
En todo caso el Ecuador después de esta circunstancia, alcanzó su consolidación nacional y pudo sobrevivir como país independiente, aunque con constantes mermas territoriales hasta la firma de la paz con el Perú el 26 octubre de 1998.