Jaime Ordóñez Pallares
El señor Presidente viajó por segunda ocasión a Cuba, con el objeto de someterse a una nueva intervención en su rodilla, operación esta que según ha manifestado no puede realizarse en Ecuador.
Es admirable y llama la atención que ningún traumatólogo o cirujano de los muchos y muy distinguidos que ejercen esta profesión en el país, no se haya pronunciado respecto de lo aseverado por el Presidente, sea para ratificar o para rectificar tal aseveración, pues podría sospecharse que se trata de no valorar la capacidad y preparación de nuestros profesionales.
Este silencio da a entender o sospechar que el Cuerpo Médico está de acuerdo con el Mandatario y que en realidad sus miembros no están capacitados para efectuar la operación. Sea como sea, sería oportuno un pronunciamiento de algún profesional respecto a este intrigante asunto.
SOBRE UN ARTÍCULO DE ROQUE SEVILLA
Enrique Rosales Ortega
He defendido desde hace seis años la construcción de la nueva refinería de crudos en la península de Santa Elena, con base en los estudios técnicos realizados en el régimen de Jaime Roldós hace tres décadas.
Gutiérrez actuó demagógicamente, Palacio no tenía idea del asunto y Correa está entregado a Chávez (Pdvsa). Don Roque Sevilla, en su artículo publicado el 8 de febrero, “¿Conviene la nueva refinería?”, hace algunas reflexiones que es importante aclararlas.
En primer lugar, coincido en que la propaganda oficial es mentirosa. La gestión de los navales en temas petroleros ha sido un fracaso. El avance de los estudios es paupérrimo. La designación de la empresa constructora ha sido a dedo. El financiamiento es incierto, etc.
Don Roque sostiene que la idea original ha ido desvaneciéndose y según encuestas los ecuatorianos no desean que se explote el ITT; comentario tardío porque el tema de la nueva refinería lleva más de siete años y nadie dijo nada, incluido él.
Al inicio del compadrazgo Chávez vendió la idea que Venezuela construiría la refinería, cosa demás absurda porque no posee tecnología ni equipos para tal cometido; sin el crudo ecuatoriano no vale la pena construir la planta. Si eso ocurre, mejor no hacerla.
Referente al costo, al principio se habló de USD 6 000 millones. Después se añadió la planta petroquímica por 4 500 millones. Total: USD 10 500 millones. Luego aparecen 12 500 millones.
El consumo mundial de derivados siempre será imprescindible. En el caso de la refinería no hubo, hay ni habrá señal de soberanía. No tiene sentido una sociedad con Pdvsa. La demagogia se evidencia con tanto discurso embustero.
En resumen, no tendremos nueva refinería ni petróleo bajo tierra mientras dure este régimen lleno de improvisados en esta materia.