Entre enero y el 20 de octubre de este año se han registrado 416 asesinatos en Esmeraldas, cifra que es casi cuatro veces superior a las 103 muertes violentas que ocurrieron en el mismo lapso del 2021.
Durante todo el 2021 se registraron 146 muertes violentas en Esmeraldas. Esta provincia sufre una de las peores olas de violencia de su historia. La tasa de muertes violentas por cada 100 000 habitantes es de 63,03%, la más alta del país.
En comparación, Guayaquil tiene una tasa de 30,08% muertes violentas por cada 100 000 pobladores y está considerada como una de las 50 ciudades más violentas del mundo.
Algunos factores explican el aumento de muertes violentas y una serie de delitos anexos como la extorsión, el narcotráfico y los asaltos.
1. Uno de los factores es la ausencia del Estado
El pasado 24 de mayo, centenares de personas realizaron una marcha en contra de la inseguridad. Recorrieron las principales calles de Esmeraldas para pedir al Estado que intervenga y frene la violencia, que crecía de una forma acelerada.
La respuesta llegó a inicios de junio donde se instaló una fuerza de tarea conjunta con miembros del Ejército, la Armada, la Aviación y la Policía Nacional. La meta de este proyecto era conseguir la paz.
A pesar de los patrullajes de esta fuerza conjunta, los asesinatos no han disminuido y durante septiembre y octubre se han registrado enfrentamientos entre bandas rivales en la ciudad capital y los alrededores.
Esta semana, el coronel William Calle, jefe de la subzona Esmeraldas de la Policía Nacional pidió el apoyo del Estado para enfrentar a las bandas organizadas.
2. Pobreza
Según datos oficiales, más del 25% de la población esmeraldeña percibe un ingreso familiar de USD 48,24 al mes. Esmeraldas es una de las provincias con menores índices de educación, salud y nutrición del país.
La pobreza se convierte en un caldo de cultivo para la violencia. Los niños de hogares pobres son reclutados por los grupos delincuenciales organizados para fortalecer sus filas. Les ofrecen comida y protección que sus familias y el Estado no les pueden garantizar.
3. Falta de empleo en Esmeraldas
En la provincia hay pocas fuentes de trabajo, pues la violencia ha ido matando sectores como el turismo, que era uno de los mayores generadores de empleo.
Por ejemplo, el último feriado por las fiestas de Guayaquil, en octubre, fue calificado como malo por las cámaras de turismo debido al bajísimo nivel de ocupación registrado.
Esmeraldas tuvo una ocupación turística de apenas el 15% de su capacidad, la ocupación promedio del resto del país superó el 40%. Esto debido a los asaltos que han sufrido los visitantes en hosterías, tiempos compartidos y hoteles, donde han sido desvalijadas personas y automóviles.
Las playas de Esmeraldas eran el destino preferido de los turistas de Quito, en particular, y Pichincha en general.
El comercio también se ha visto afectado por extorsionadores que cobran tasas semanales para no agredir a los comerciantes y saquear sus negocios. Es tal el poder de los delincuentes que logran imponer horarios de trabajo al comercio en la ciudad.
4. Delincuencia organizada
El comandante Calle señaló que el poder de los grupos delincuenciales organizados es enorme en Esmeraldas. En declaraciones a una radio señaló que una de estas bandas tiene a 1 500 integrantes en la cárcel de la provincia y hasta 4 000 miembros libres en las calles.
La banda a la que se refiere el oficial de la policía se disputa el control de zonas de la ciudad a sangre y fuego con sus rivales.
5. Las bandas delincuencias buscan crear un corredor narco
El enfrentamiento de las bandas se debe a su interés por controlar a la provincia para crear un corredor para que fluya el narcotráfico.
Esto, con el fin de garantizar el traslado de la droga que se procesa en Colombia hacia el puerto de Guayaquil o las playas de Manabí, principales puntos de envío del narcotráfico hacia América del Norte.
El 80% de la droga que sale de Ecuador lo hace por vía fluvial, según reportes de la agencia antidrogas de Estados Unidos.
Por esta zona que intentan liberar los grupos narcos, circulan además precursores químicos y armas, artículos de los que vive la mafia organizada que opera en el país.
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