Un grupo de habitantes de los pueblos que abarcan el área del Chocó andino en Ecuador exigen el fin de la minería y las hidroeléctricas en la zona protegida. Foto: EFE
Un grupo de habitantes de los pueblos que abarcan el área del Chocó andino en Ecuador paralizaron este viernes el acto de entrega de la Declaratoria de Reserva de la Biosfera, celebrado en la localidad de Mindo (noroeste), reclamando el fin de la minería y las hidroeléctricas en la zona protegida.
En medio del acto, en el que participaban, entre otros, la directora de la Oficina de la Unesco en Quito y representante para Venezuela, Colombia, Ecuador y Bolivia, Saadia Sánchez, y la prefecta en funciones de Pichincha, Marcela Costales, decenas de personas comenzaron a proferir gritos de reivindicación de las áreas protegidas mientras hacían sonar instrumentos de percusión.
Esto hizo imposible que las autoridades pudieran seguir sus discursos y obligó a Costales a salir del polideportivo en el que se celebraba el acto antes de que concluyera, entre fuertes medidas de seguridad.
Los manifestantes portaban carteles con consignas contra las extracciones mineras o el proyecto para construir una nueva planta hidroeléctrica en el curso del río Alambi, considerado el corazón del Chocó andino.
Antes, la representante de Unesco comentó en su alocución que este es un “momento de celebración” porque la que es ya la séptima Reserva de la Biosfera de Ecuador pone de manifiesto una vez más que este es un país “megadiverso”.
“Las reservas de la biosfera son un abanico de oportunidades, de posibilidades para implementar modelos de desarrollo sostenible, y nosotros precisamente promovemos en este momento la agenda de desarrollo sostenible al 2030”, explicó.
Según Sánchez, las Reservas de la Biosfera no son solo una cuestión de las autoridades, sino que se espera un “involucramiento de la comunidad”, que vaya acompañado de un “esfuerzo mancomunicado, de sinergias, de todo el conjunto de la sociedad en el sector privado”.
En agosto pasado la Unesco declaró el Chocó Andino, una zona que se extiende a unos 45 minutos de Quito, como Reserva de la Biosfera, la séptima del país.
Más tarde, mediante un comunicado de prensa, la Secretaría de Ambiente señaló que la política del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito ha sido ‘No a la explotación minera’. Indicó que durante la administración del alcalde Mauricio Rodas, varios esfuerzos que se han convertido en ordenanzas, han permitido declarar diversas áreas como lugares con importancia ecológica, cultural y de desarrollo productivo sostenible, lo que hoy ha sido un pilar fundamental, para que la Unesco incluya al Chocó Andino de Pichincha como parte de la Red Mundial de Reservas de la Biósfera.
De las 286 805 hectáreas que obtuvieron ésta categoría, el 83% está dentro del Distrito Metropolitano. La Mancomunidad del Chocó Andino, abarca las parroquias de Pacto, Gualea, Nanegal, Nanegalito, Nono y Calacalí.
Verónica Arias, secretaria de Ambiente del Distrito, dijo que esto es el resultado de un esfuerzo conjunto con las comunidades. “El Municipio ha apoyado siempre las actividades que tengan que ver con la explotación positiva y en armonía con la naturaleza, no a la minería, no a la explotación irracional de los recursos naturales”, apunto la funcionaria.
Para el presidente de la mancomunidad del Chocó andino, Washington Benalcázar, esta declaratoria es un sueño que anhelaba la población de las zonas rurales de la provincia de Pichincha, de donde forma parte el área protegida, desde hacía muchos años y permitirá “la conservación y la protección de su tierra, de su suelo”, del lugar en el que nacieron y vivieron.
Esta lucha ha llevado a un concienzudo proyecto de restauración forestal para conservar las múltiples especies de flora y fauna que habitan en él.
Dos de esos ejemplos son el vivero municipal y huerto agrícola de la parroquia de Mindo y el refugio Los Armadillos dedicados a la conservación de la flora y la fauna, respectivamente, y que se han convertido en referentes para el resto del sector privado del área protegida.