El jefe de Estado y de Partido, Xi Jinping, quiere consolidar su poder y nombrar a los máximos dirigentes del mayor gremio de mando. En la foto, el presidente chino Xi Jinping en la sesión inaugural de la Asamblea Popular Nacional, el parlamento chino, en el Gran Salón del Pueblo de Pekín el 5 de marzo de 2017. Foto: AFP
La economía de China crecerá menos este año, un 6,5%, según anunció este domingo 5 de marzo del 2017 el primer ministro chino, Li Keqiang, en la primera reunión de la sesión anual del Congreso Nacional del Pueblo (Parlamento).
“La estabilidad es de máxima importancia”, dijo Li Keqiang en su intervención, en la que señaló que el déficit presupuestario aumentará en comparación con el año pasado en 200 000 millones a 2,38 billones de yuanes (cerca de 324 000 millones de euros).
Además advirtió de los riesgos que suponen las incertidumbres y el proteccionismo en la economía global. A pesar de las tensiones con Estados Unidos, el Gobierno de Pekín ha decidido que el gasto militar solo crezca “en torno a un 7 %”, según dijo la portavoz Fu Ying.
En una ruptura con la práctica habitual, a los cerca de 3 000 delegados congregados en Pekín no les presentaron cifras concretas al respecto. El crecimiento del 7 % sería la menor cifra de los últimos siete años. Los observadores consideran que se trata de una señal de contención, que también se argumenta con un menor crecimiento y otros gastos.
Las tensiones en el mar de China Meridional y de China Oriental, así como la incertidumbre que genera el nuevo presidente estadounidense Donald Trump hacían pensar que China iba a elevar considerablemente su gasto militar. Trump lo quiere aumentar en un 10 %.
A pesar del leve crecimiento militar, Li Keqiang insistió en seguir impulsando la modernización de las Fuerzas Armadas para asegurar la seguridad y la soberanía de China. La portavoz Fu Ying dejó claro que una escalada del conflicto en el mar de China Oriental depende sólo de las actividades de Estados Unidos, que actualmente ha enviado a esa zona el portaaviones “Carl Vinson”.
También se empleó un tono firme con Taiwan. El jefe de Gobierno chino advirtió en contra de una independencia formal de la isla. “No vamos a tolerar nunca actividades que de alguna manera apunten a separar a Taiwan de la madre patria”, dijo Li Keqiang.
Desde la llegada de la presidenta Tsai Ing-wen, la isla se ha distanciado de Pekín y las relaciones se han enturbiado. Pekín considera Taiwan una provincia secesionista y busca su reincorporación a su soberanía. Por otro lado, la sesión plenaria está preparando el terreno para un cambio generacional en el Politburó, de cara al congreso del Partido Comunista (el único en el país) que se celebrará en la segunda mitad del año.
El jefe de Estado y de Partido, Xi Jinping, quiere consolidar su poder y nombrar a los máximos dirigentes del mayor gremio de mando. Se especula que también podría haber una remodelación del Gobierno, e incluso que Li Keqiang podría dejar el puesto para asumir la presidencia del Parlamento, una función más protocolaria.
En su rendición de cuentas, Li no mencionó iniciativas ambiciosas. Aunque fijó el crecimiento en un 6,5 %, podría incluso ser mayor, dijo. A pesar de la débil coyuntura, en 2016 se registró un crecimiento del 6,7 %, mientras que el objetivo se había situado entre el 6,5 y 7 %. Se trata del menor crecimiento en la segunda economía del mundo desde hace 26 años.
En comparación con otras naciones industrializadas un 6,5 % de crecimiento es mucho, pero China, como país en vías de desarrollo, había registrado otros años cifras mayores. Con el crecimiento de este año se espera poder crear 11 millones de puestos de trabajo, un millón más que el año pasado, dijo Li.
En su intervención de más de una hora y media, el primer ministro chino advirtió:”La evolución de los acontecimientos dentro y fuera de China exige que nos preparamos para afrontar situaciones difíciles y complicadas”.
En la política económica China tiene que asegurar un “crecimiento estable, crear puestos de trabajo y evitar riesgos”. No hay “ninguna línea roja” cuando se trata de seguridad financiera, el bienestar del pueblo y la protección del medio ambiente.
Llamó la atención que el primer ministro se pronunciase expresamente sobre la lucha contra la contaminación, que tanto enoja a la población sobre todo en las grandes ciudades por la polución. “Volveremos a ver nuestros cielos azules”, prometió Li Keqiang.