China, el gigante lleno de conflictos
Redacción Mundo, DPA y AFP
El año pasado, meses antes del inicio de los Juegos Olímpicos Pekín 2008, fue Tíbet. Ahora es Sinkiang, en el noroeste, la región que agita los fantasmas del separatismo y de la violencia étnica en China, un gigante lleno de conflictos.
55 minorías étnicas
Los uigures son una de las 55 minorías étnicas de China, que apenas constituyen el 8% de su población. El 92% restante de los
1 350 millones de chinos corresponde a la etnia han.
A pesar de que Sinkiang es la provincia más extensa del país con mayor población del mundo, con unos 1,6 millones de km² de superficie, está muy poco poblada, en especial a causa de sus difíciles condiciones geográficas. Unos 20 millones de personas viven en la región.En el Tíbet, hace casi 18 meses, otra ola de protesta independentista desembocó en un brutal enfrentamiento entre los tibetanos y los han, la mayoría étnica que domina en China.
Falleció una veintena de manifestantes, según el Gobierno y 200 tibetanos, en opinión de los voceros del exilio. El Régimen chino ahogó las movilizaciones en la región del Himalaya con el despliegue en la zona de fuerzas militares.
Los disturbios en Sinkiang, que estallaron el domingo pasado, enfrentan a los han y a los uigures, un pueblo turcomano en su mayoría musulmán. Hace una semana, en la región fallecieron 156 manifestantes, según el Gobierno, y 400, de acuerdo con los datos de los uigures en el exilio.
Para ahogar los reclamos, el Régimen chino ha enviado más tropas y ha amenazado con ejecutar a los responsables de la violencia.
La propagación de los disturbios en el caso de los tibetanos y los uigures ensombrece el mito de los líderes del Partido Comunista chino (el único legal en el país ) de una armonía entre las 56 etnias.
Los disturbios de los uigures revelan una “acumulación de factores históricos, culturales y religiosos detrás de las divisiones étnicas en Sinkiang”, comenta Chen Qianping, historiador de la Universidad de Nanjing. “No es un problema sencillo”, añade.
Los reclamos de tibetanos y uigures ponen sobre el tapete una cadena de hechos reveladores. Uno de ellos es que las 55 minorías étnicas oficiales constituyen cerca de la mitad de los chinos más pobres. En total suman unos 100 millones de personas.
Adicionalmente, las minorías viven en las regiones menos desarrolladas como la periferia en el oeste, el sur y el norte, lo que significa que la mayor parte del país prácticamente es monorracial.
Otro hecho es que los uigures y tibetanos afrontan una abierta discriminación racial en las ciudades. Este tema quedó en evidencia cuando al menos dos uigures recibieron una paliza mortal en una fábrica de juguetes en la ciudad de Shaoguán, en el sur del país, el mes pasado.
En las ciudades pequeñas de Sinkiang, la hostilidad de los uigures hacia los chinos han es palpable. La mayoría de las urbes está dividida en áreas uigures y han. Muchos uigures se quejan de la represión cultural y religiosa y reclaman que los emigrantes chinos étnicos disfrutan de los principales beneficios del desarrollo en esta región rica en petróleo pero económicamente atrasada.
Además, en Sinkiang, el Partido Comunista mantiene el control sobre la actividad religiosa.
Aparte de la segregación, los uigures, se consideran excluidos del desarrollo, sostiene Jean-Pierre Huchet, director del Centro de Estudios sobre la China Contemporánea de Hong Kong.
Al igual que otros analistas, Chen admite que se precisa hacer más por las minorías de Sinkiang, en especial en lo que se refiere a las oportunidades económicas y en la educación. La solución pasa, “por un proceso a largo plazo de integración nacional”.