Redacción Sierra Centro Coralía Quiroz permaneció callada. Lloraba en silencio cerca de los tres ataúdes que ayer fueron velados en la parroquia La Asunción, a cinco minutos del centro del cantón Chimbo, en Bolívar.A las 06:15 del martes pasado, el cuñado de Quiroz, Cristóbal Alarcón, de 28 años, mató a disparos a su esposa Marián Quiroz (23) y a su hija Kerly. N., de un año siete meses. Luego se suicidó.
11 000 dólaresadeudaba Cristóbal Alarcón a dos cooperativas, según los familiares.
Cuatro cirios se quemaban lentamente, mientras decenas de personas rezaban en silencio. Quiroz, de 30 años, contó que la esposa de Alarcón estaba preocupada por la deuda que tenía su marido. Él adeudaba USD 11 000 en dos cooperativas. Con ese dinero ampliaron su vivienda y compraron herramientas para el taller donde fabricaba armas. Pero el pasado 23 de marzo, 600 efectivos policiales realizaron un operativo en Chimbo, donde decenas de familias se dedican a confeccionar armamento. Los uniformados ingresaron al taller de Alarcón y se llevaron las herramientas y las armas.“Desde entonces estaban desesperados, porque no tenían dinero para pagar. Hace ocho días le visité en la casa y me contó del problema. La confección de armas era el único sustento de la familia y lo que sabía hacer Cristóbal”, contó Quiroz.El Gobierno dijo otra cosa. A través de un comunicado señaló que este suicidio no es una consecuencia del último operativo. Y manifestó que la Policía “ni siquiera ingresó a la casa de Alarcón” y que tampoco se incautó de ningún equipo mecánico.Quiroz se secó las lágrimas con su mano. Suspiró profundo y miró los féretros donde están los cuerpos de su hermana y su sobrina. “Parecen dormidas. No debía sucederle esto, ella no tenía la culpa. La culpa la tienen quienes le quitaron el pan de cada día”. Ella se enteró del asesinato en la mañana del martes. Su hermana mayor, María Elena Quiroz, le informó que su hermana estaba muerta.Alegría Alarcón, hermana de Cristóbal, contó que el domingo hubo un almuerzo familiar. “A él se le notaba tranquilo, no estaba deprimido”.El día del asesinato -agregó- en La Asunción se escucharon las detonaciones del arma que Cristóbal usó para matar a sus familiares. “Pensábamos que estaban matando a las ratas, porque aquí se mata así a estos animales. Pero nos equivocamos. Él había asesinado a su familia y terminó con su vida”.El hermano de Alarcón, Ramiro, fue a la casa donde vivía la familia Alarcón Quiroz. Al ingresar miró los cuerpos de su hermano, cuñada y sobrina en medio de un charco de sangre. Pronto avisó lo ocurrido a la familia.Luego llegó la Policía y delegados de la Fiscalía para realizar las investigaciones. Los cuerpos fueron llevados a Chimbo para realizar las autopsias.Una de las familiares que pidió la reserva de su nombre por temor a represalias contó que antes de morir, Cristóbal escribió dos cartas.Una está dirigida al presidente Rafael Correa. “Le agradece de lo que hizo al quitarles las herramientas de trabajo”, indicó. Y en la otra explica los motivos por las cuales decidió matar a su familia y suicidarse. “Las cartas están escritas con su puño y letra. Este momento las tiene el fiscal de Bolívar. Ojalá el Presidente las lea”.En su comunicado, el Ministerio de Gobierno también se refirió a una carta y dijo que ese escrito “daba cuenta de problemas personales que le aquejaban (a Alarcón) desde hace varios años”.Por ahora, los propietarios de los talleres se reunieron con autoridades del Gobierno. Allí plantearon que se dé empleo a través de fábricas en donde se construya mobiliario, como camillas y sillas. Ayer, familiares de Alarcón se mostraron enojados con los medios. “En un periódico se dijo que Cristóbal estaba loco. Eso es falso. Lo que estuvo es desesperado y sin trabajo para mantener a su familia y pagar las deudas. Ahora qué va a hacer el Gobierno que es el responsable directo de lo que ocurrió”, aseguraron.Hoy a las 14:00 será el sepelio de las tres personas. Y la misa será en la iglesia de La Asunción.
Punto de vista Enrique Aguilar / Psiquiatra‘Estos casos no son frecuentes’Casos como el ocurrido en Chimbo técnicamente lo llamamos suicidios ampliados. Es decir, el hecho no involucra solo a una persona sino a la familia. Eso ocurre por una sensibilidad crónica. La última acción que aparentemente afectó al afectado pudo ser apenas el desencadenante. Por eso, no descartamos los antecedentes depresivos que previamente presentó esa persona. Este tipo de suicidios no son frecuentes, son bastantes raros. Lo que recomendamos en estos temas es que los afectados como en Chimbo se sometan de inmediato a una psicoterapia grupal, pero creo que en este caso no sucedió.