Los chilenos se convertirán en donantes automáticos de órganos al cumplir 18 años, salvo que manifiesten su negativa formalmente, según una ley aprobada por el Congreso que busca revertir una dramática realidad: en Chile el índice de donación es de nueve personas por cada millón de habitantes. “Esta ley avanza en garantizar que cuando hay un niño o una mujer esperen un órgano, están todas las condiciones dadas para que ese trasplante pueda llegar sin obstáculos”, dijo ayer el ministro de Salud, Álvaro Erazo.
Según la norma, cuya promulgación se prevé para enero de 2010, las clínicas podrán disponer de los órganos de un ciudadano mayor de edad con muerte cerebral, salvo que haya renunciado previamente a esta posibilidad de manera formal y comunicado su decisión al Registro Civil.
A principios de año, un niño llamado Felipe Cruzat se convirtió en el símbolo de la lucha por la donación de órganos, pues esperó por 90 días un corazón que nunca llegó, a pesar de los esfuerzos de su padre. Felipe logró ser conectado a un corazón artificial, pero no soportó y murió en abril de 2009.
Para la Corporación del Trasplante, si bien la ley aprobada es una buena noticia, por sí sola no incrementará la cifra de donantes si no se implementan técnicamente los hospitales y clínicas para la captación y mantenimiento de órganos. En Chile existen al menos 1 800 personas esperando un trasplante, y se realizan unos 300 trasplantes al año en el país, teniendo en cuenta que de un donante se pueden extraer varios órganos. AFP