Los chicos saben de sus derechos a través del video
Redacción Jóvenes
Las aniñadas, las rayadas y las norias del colegio Simón Bolívar se acolitaron para hacer su propio cortometraje.
Cámara y acción...
Los chicos de Débora Expresiones Juveniles trabajan en el Simón Bolívar desde el 2008.
Yadira Carvajal formó parte de los talleres en el ‘cole’ pero siguió en Débora al graduarse.
El blog del grupo Débora Expresiones Juveniles es http://dej-apc.blogspot.com.Limaron asperezas y -junto a los chicos de Débora Expresiones Juveniles- completaron ‘Rantai’, una historia colegial. “Las chicas de diferentes grupos unen sus hilos para salvar a un ‘profe’ que es buena gente”, cuenta Wladimir Miranda, uno de los chicos que impulsó este proyecto.
Débora expresiones juveniles nació hace dos años, en un taller de ciudadanía que tuvieron los chicos de la ACJ (Asociación Cristiana de Jóvenes). Uno de los grupos propuso utilizar la producción de video para abordar el tema de los derechos humanos, dice Daniel Pazmiño.
El primer paso fue llegar a los colegios y el Simón Bolívar les abrió las puertas. “Quienes desean ser parte se unen. No necesitan tener buenas notas, solo tener las ganas de aprender”.
Las chicas aprendieron algo de actuación para cine, manejo de equipos, lenguaje audiovisual y guión. Entonces hicieron una lluvia de ideas para elegir una problemática. “Nos dimos cuenta de que en el colegio había mucha desunión. Que cuando había problemas cada una jalaba para su lado”, dice Yadira Carvajal una ex alumna del colegio.
El rodaje de ‘Rantai’ empezó en mayo pasado y culminó en julio. Después vino la etapa de posproducción, que es básicamente la edición. Hace dos semanas este corto se presentó entre los integrantes de la Red Cultural del Sur, en el Salón de la Ciudad.
Los chicos eligieron como nombre la palabra malaya rantai, que significa cadena. “Usamos esa palabra porque Malasia es un país multicultutal. En nuestro corto se trata de superar las diferencias”, dice ‘Wladi’.
‘Rantai’ es el segundo cortometraje que realizan las chicas del colegio Simón Bolívar. Los grupos de las aniñadas, el de las norias y el de las rayadas se unen para apoyar a un profesor que quieren despedir injustamente.
Lorena Toapanta (22) cuenta como anécdota que tuvo que hacer el papel de mamá porque no le quedaba de otra. “Mi hija era muy alta, debía regañarle, pero no tenía ni el porte ni la edad”.