Los chachis harán sus ritos navideños

Los chachis se trasladan en canoas hacia el centro de la ceremonia navideña. Foto: EL COMERCIO

Los chachis se trasladan en canoas hacia el centro de la ceremonia navideña. Foto: EL COMERCIO

Los chachis se trasladan en canoas hacia el centro de la ceremonia navideña. Foto: EL COMERCIO

El sonido de la campana de la iglesia que está en medio de la comunidad de Punta de Venado anuncia el gran día de la fiesta del Niño Jesús.

La población está ubicada en la parroquia Pichiyacu del cantón Eloy Alfaro, en el norte de la provincia de Esmeraldas, a orillas del río Cayapas.

La Fiesta del Niño Dios, que evoca la Navidad en el pueblo Chachi del norte de la ‘Provincia Verde’, se ha convertido en una tradición que se celebra con música, comida y bebidas ancestrales como el champú espeso, elaborado con maíz, canela y azúcar.

Históricamente, la celebración se ha realizado en ese centro ceremonial de Punta Venado, el más grande y antiguo de esa nacionalidad. Su construcción es de madera, piso de tablas, paredes revestidas con caña guadúa, techo de paja toquilla y data de 200 años.

Esta fiesta fue incorporada por los ancestros chachis que decidieron celebrar el nacimiento del niño Dios. Sus nietos también lo siguieron haciendo, “para que nuestro Dios se sienta orgulloso de nosotros por acordarnos de él”, explica el gobernador de Punta Venado, Julio Añapa.

Para la gran festividad, los priostes siembran maíz entre septiembre y octubre de cada año. Esa cosecha servirá para preparar la masa de maíz, que servirá para el champú, que se reparte entre los invitados durante la celebración.

Desde las comunidades, las mujeres transportan la masa en canastos de rampita y la preparan en recipientes de madera, que tienen forma de una corona. Los hombres labran barcas y venden madera para reunir dinero. Con eso compran los mantos decorativos para el salón ceremonial y efectúan reparaciones estructurales al centro del festejo.

La Fiesta del Niño Dios se desarrollará al mediodía del 24 de diciembre en la iglesia de la comunidad, cuando los instrumentos autóctonos como la marimba y el bombo se empiecen a tocar.

Los primeros en bailar la danza tradicional chachi son los niños, con pasos cortes adelante y hacía tras. Según la creencia, los pequeños tienen buenos sentimientos para el Niño Dios, y reciben la bendición para la prosperidad en la siembra, la pesca y la caza.

Durante la recepción, las mujeres y niños toman el champú, mientras los hombres beben aguardiente. También lo hacen los marimberos, como Eduardo Añapa, uno de los más experimentados en tocar el instrumento.

Entrada la tarde la imagen del Niño Dios es bajada de la iglesia para ser llevada por los priostes al centro ceremonial. La procesión se hace por las calles del pueblo al ritmo de marimba y bombo para celebrar toda la noche el 24 de diciembre.

A la medianoche se sirve el champú: primero toman las mujeres y luego los hombres. Posteriormente se recogen los envases de perfumes que están en el pesebre del Niño, se esparcen por la sala y se rocían a los asistentes, como lo hicieron en los tiempos de Jesús.

También se fuma tabaco para ahuyentar los malos espíritus, explica Mariana Cimarrón (80 años), una de las mujeres más antiguas de la comunidad.

A la celebración acuden desde comunidades como Santa María de los Cayapas, San Miguel, Playa Grande, Pichiyacu, Ónzole, Pintor, Gualpí y Capulí; estas se encuentran a lo largo del río Cayapas.

Cuando comienza la fiesta, desde la orilla en Punta Venado se observan las canoas que transportan a los fieles, quienes llegan con sus vestidos tradicionales (un bata con filos de colores en el caso de los hombres, y las mujeres una especie de falda y blusas con colores llamativos, como el amarillo y el púrpura.

La Fiesta del Niño Dios se cerrará la mañana del 25 de diciembre con una ceremonia matrimonial especial, en la cual se realiza el casamiento de las nuevas parejas del pueblo, de acuerdo con las costumbre del pueblo chachi.

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