La cría de cerdos es parte del programa de mejoramiento de la dieta de los dos pueblos. Foto: MARCEL BONILLA / EL COMERCIO
Las familias de 19 comunidades de las parroquias Atahualpa (chachi) y Telembí (afro), asentadas en el río Cayapas, son parte del proyecto de soberanía alimentaria que promueve la Prefectura de Esmeraldas, con el apoyo de la Corporación Alemana al Desarrollo y Agencia Belga de Desarrollo.
Estas poblaciones del cantón Eloy Alfaro, en el norte de la provincia, presentan problemas de desnutrición, según un estudio del Colegio de Posgrado de la Universidad Andina Simón Bolívar, de Quito.
En esas zonas, las distancias (hasta cinco horas en lanchas desde Borbón) dificultan la compra de alimentos. Ante esa realidad, el proyecto incentiva a 400 familias de las comunidades a sembrar plátano, yuca, fréjol de palo y papaya, y la cría de animales de corral.
Luciana Nazareno, una habitante de la parroquia Telembí, siembra plátano, cría patos y pollos para la alimentación de sus cinco hijos. “Nuestros ancestros nos enseñaron a sembrar la tierra para vivir de ella, pero nos descuidamos”.
A lo largo del río Cayapas y San Miguel, que están junto a la zona de amortiguamiento de la Reserva Cotacachi Cayapas, se observan las plantaciones de plátano, cacao y banano, característicos en la zona.
El coordinador de la Unidad de Fomento Productivo de la Prefectura, Ruvin Oviedo, explica que el proyecto está orientado a mejorar la dieta alimenticia, reducir progresivamente la desnutrición y promover el acceso permanente a alimentos sanos, usando los espacios tradicionales para la producción familiar.
Ahí se ha mejorado la producción de plantas en las llamadas canoeras, colinos, canteros y el rescate de plantas medicinales (paico, discancel y llantén) y aromáticas (menta y limoncillo).
Desde el 2014 se promueve la producción y consumo de animales menores como gallina, patos y cerdos, para complementar la dieta alimentaria con proteínas de origen animal.
“Hemos vuelto a poner la esperanza en la tierra para producir nuestra comida en nuestras casas”, señala Jorge Añapa, habitante de la comunidad Atahualpa.
Entre junio y julio, 150 familias de las poblaciones Atahualpa (chachi) y Telembí (afro) recibieron patos y gallinas criollas para la producción y consumo local; también 60 cerdos, entre machos y hembras. En lo que va del año se han beneficiado con 120 animales. Hasta el momento, la inversión es de USD 45 350 en compra de animales y su alimento (USD 10 000). Todo es financiado por los organismos de apoyo.
Las poblaciones del alto Cayapas llevan más de 300 años asentadas allí y han vivido del aprovechamiento de la madera, la caza, pesca en el río y la siembra de yuca y plátano.
Eso no ha sido suficiente para su alimentación, explica Jackson Hurtado, técnico de Seguridad Alimentaria de la Unidad de Fomento Productivo de la Prefectura.