La Iglesia Católica abrió sus templos en el país. Pero, aún están suspendidos actos litúrgicos masivos como las misas. Foto: Washington Benalcázar/ El Comercio
El 30 de junio del 2020 finalizarán los cursos de catequesis en la región Sierra del Ecuador, que dicta la Iglesia Católica antes de la realización de la primera comunión y confirmación de niños y jóvenes. A raíz de la emergencia decretada en marzo del 2020, por la pandemia del covid-19, los talleres de formación religiosa cambiaron de presenciales a virtuales.
Sin embargo, esta vez no habrá actos litúrgicos en los templos al final del curso, como se acostumbraba, porque las ceremonias masivas, como las misas, siguen suspendidas. Así explica René Coba, obispo de la Diócesis de Ibarra, que aglutina a 80 parroquias. Cada una tiene un promedio de 300 pequeños que participan en el ciclo de formación de catequesis.
Al final del curso a cada chico se le entregará un certificado. Coba comenta que posiblemente en diciembre próximo se realizará la ceremonia en la que se cumplirá el sacramento de la primera comunión o confirmación. Para ellos se prevé organizar actos con máximo 5 o 10 chicos a la vez, guardando el distanciamiento social.
La mayoría inicia la instrucción religiosa a los 7 años. Tras aprobar tres niveles de estudios (durante los fines de semana) están listos para realizar la primera comunión. Y luego de tres años más de instrucción realizan la confirmación de la fe. Estos son dos de los siete sacramentos que reconoce la Iglesia Católica. Los otros son el bautismo, unción de los enfermos, confesión de pecados, orden sacerdotal y matrimonio.
Pilar Terán, una de las catequistas de la iglesia de El Quinche, de Ibarra, informó a los padres de familia de sus estudiantes que este año no se realizará una misa al final del curso.
De acuerdo a la tradición, los aspirantes a la primera comunión asistían a una ceremonia religiosa vestidos de blanco, con una vela en la mano. Luego se organizaban fiestas en los hogares. “Eso es precisamente lo que se espera evitar para que no haya más contagios con el nuevo virus”, explica Coba.
También señala que la decisión de no realizar la ceremonia pública de primera comunión y confirmación fue una decisión de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE).
En las provincias de la Sierra este acto litúrgico se cumple entre mayo y julio. Mientras que en la Costa lo realizan generalmente entre diciembre y enero.
Los padres de Daniela Páez, una niña de Ibarra que se prepara para la primera comunión, lamentan que no se pueda organizar la misa y la fiesta. “Para nosotros es todo un acontecimiento. Antes de que se produzca la crisis sanitaria pensábamos celebrar a lo grande. Pero, ya no es recomendable”, comentan.
La emergencia alteró todo. Sin embargo, nos tuvimos que adaptar a la actual situación, reflexiona Terán.
Los catequistas, que tienen a su cargo la formación de los pequeños, continuaron los cursos a través de las redes sociales y teléfonos. Algunos textos que entregaron al inicio de año les han servido de guías a los estudiantes.
Ante la nueva realidad los padres de familia han asumido la función de educadores de sus hijos, asegura el Obispo. Sin embargo, lamenta que especialmente las familias de las zonas altas de la provincia no han podido acceder a las redes sociales -por falta de aparatos tecnológicos o porque no hay cobertura de la Internet-. Como una alternativa en Imbabura se incluyó la transmisión de cursos de catecismo por un canal regional de televisión que posee la Diócesis de Ibarra.
En un esfuerzo por llegar a la mayor parte de los feligreses, la Comisión de Catequesis de la CEE también subió varios libros de formación cristiana a su página web que se puede descargar desde cualquier parte del país.