Este jueves 11 de abril del 2019, en EL COMERCIO, monseñor Fausto Trávez dirigió la ceremonia a la que asistieron las familias de Javier, Paúl y Efraín, compañeros y amigos. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO
Sobre una mesa mediana, ubicada en el hall principal de EL COMERCIO, se colocó una cámara de fotos, una grabadora, la bandera del Ecuador, las llaves de la camioneta y un ejemplar de este Diario.
Así se recordó a Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra, miembros del equipo periodístico secuestrado y posteriormente asesinado en la frontera norte. Familiares, compañeros y amigos asistieron ayer a una eucaristía, al recordar un año de que el presidente Lenín Moreno confirmara los crímenes.
En la ceremonia, que se desarrolló desde las 10:00 y duró más de una hora, se enfatizó en la necesidad de que las familias perdonen a quienes les arrebataron a sus seres queridos. Ese mensaje lo reiteró monseñor Fausto Trávez, quien ofició la ceremonia y exhortó a reflexionar sobre las acciones espirituales para lograr la calma.
Durante la eucaristía surgieron muestras de cariño para los familiares. Fueron recibidos entre cálidos abrazos de los compañeros del Diario.
En dos carteleras se mostraban fotos de Paúl, Efraín y Javier o ‘Pistacho’, como le decían de cariño. Esas imágenes reflejaban sus jornadas de trabajo, en un sinnúmero de viajes y coberturas periodísticas.
Guadalupe Bravo y Carolina Rivas, madre e hija de Paúl, arribaron antes de las 10:00.
‘Lupita’ -como le llamaba su hijo- comentó que hace un año empezó una “travesía” marcada por la búsqueda de la justicia y la verdad. “Como madre me siento muy lastimada. ¿Cómo fueron tan crueles?”.
Aún no logra asimilar -dijo- la forma en la que le separaron de su hijo Paúl, quien este 25 de abril cumpliría 47 años.
En medio del dolor, ‘Lupita’ contó que ha sentido incontables muestras de empatía de amigos del ‘fotógrafo de la luz’, como se ha descrito a su hijo. “Paúl fue una persona buena, cálida y chistosa, por eso se ganó el cariño de todos”.
En cada palabra, la madre dejó ver la tristeza, que este año no ha aliviado. Lo añoro, dijo, mientras las lágrimas recorrían su rostro. “Seguiremos luchando y en nuestras oraciones pedimos paz”.
La ceremonia se desarrolló en medio de mensajes que evocaron la nostalgia, la solidaridad y la esperanza. Una tenue música acompañó las palabras con las que el sacerdote intentó sanar el corazón de las familias.
Galo Ortega es el padre de Javier. Poco antes del inicio de la misa estuvo en la planta de EL COMERCIO. Lució un prendedor en el que están impresos los rostros de los tres.
Con voz pausada relató que su hijo, de 31 años, cada día le enseñaba sobre profesionalismo y responsabilidad. “Entregó su vida haciendo lo que más amó: el periodismo”.
Contrario a lo que se piensa -aseguró- la ausencia de Javier, Paúl y Efraín les ha hecho convertirse en una sola familia. “Ahora nos mueve una cruzada para alcanzar la verdad y la justicia por nuestros tres chicos”.
El padre de Javier, quien ahora corre todas las mañanas, como lo hacía su hijo, junto a su mascota ‘La Pancha’, aseguró que se mantienen firmes en el objetivo de conocer qué exactamente sucedió en la frontera norte, mientras sus familiares se encontraban secuestrados.
La nostalgia lo invade y llora cuando habla de su ‘soldado periodista’. Así llamaba al joven comunicador.
Cristhian Segarra es el segundo hijo de Efraín, conductor por más de 18 años en EL COMERCIO. Él y su hermano Patricio llegaron junto a su madre y al pequeño Juan David, el nieto que Efraín Segarra no alcanzó a conocer.
“Se han unido a la causa muchas personas como familiares de las personas desaparecidas. No tenemos causas independientes, tenemos algo en común: la paz. Queremos un cambio”, sentenció Cristhian.
La ceremonia concluyó con canciones, que recordaron la ausencia de los tres. ‘No llores por mí ‘ y ‘Faltándome tú’ sonaron mientras se recordaban momentos vividos con ellos.
Yadira Aguagallo, pareja de Paúl, confirmó que la ausencia de los tres unió a las tres familias. “Cada vez que uno de nosotros se derrumbaba ha estado otro para levantarnos”.
Ahora, lo único que quieren es conocer la verdad y que se diga cómo se manejó el secuestro de los tres.
Terminada la eucaristía, los asistentes se tomaron una fotografía en la sala de redacción, en el mismo sitio donde, un año atrás, toda la organización hizo lo mismo, de manera simbólica, para pedir por el retorno de ellos. Las actividades programadas en su memoria seguirán durante estos días.
Ariel Ávila, fundación Paz y Reconciliación: ‘Ya no hay tanto combate’
Mi primera conclusión es que la frontera aún está incendiada, cuando hablé hace un año había 12 organizaciones criminales. Quedan cuatro. La violencia iba a disminuir, las cuatro organizaciones se han distribuido el territorio y ya no hay tanto combate, pero todavía se presentan enfrentamientos en la parte rural. Entre ellas empezaron a cooptarse, no fue por acción de la Fuerza Pública. Lo segundo es que sigue siendo la zona con más cultivos de uso ilícito, de cultivos de coca, también de minería. El Estado no ha llegado y era previsible, únicamente hay fuerza militar. El Gobierno colombiano no prosiguió con el plan de sustitución de cultivos. Lo tercero: la debilidad institucional es muy grande, las alcaldías tienen muchos problemas presupuestarios. Y, cuarto: el Gobierno ecuatoriano se quedó tranquilo con la dada de baja de Guacho y otra vez está descuidando la frontera norte.
María Dolores Miño, abogada y catedrática UIDE: ‘Se necesita la verdad’
Tras un año del secuestro y asesinato de los periodistas no hay mayores avances sobre la investigación y esclarecimiento de los hechos. Lo que en principio parecerían ser buenas intenciones por parte del Estado en cuanto a traer luz, progresivamente se fue tornando en una situación hermética. La versión oficial conflictúa cada vez más con las investigaciones y evidencias que se encuentran alrededor del caso. Preocupa la posición que adoptó el Estado en el marco de las audiencias públicas de la CIDH, donde intentó dar por terminada la investigación cuando el mismo Gobierno invitó a la Comisión a impulsarla. Parecería ser que hay cosas que no quisieran que se sepan. Esto es nocivo no solo por los derechos de los familiares sino que al ser una situación de especial interés público, la sociedad en general necesita saber la verdad de estos hechos. El Estado no está garantizándolo.
Ernesto González, exjefe de las FF.AA.: ‘A FF.AA. les falta equipos’
He visto una reorganización en las Fuerzas Armadas y se ha puesto orden y tranquilidad. Pero lógicamente en una frontera tan extensa de 720 km. es difícil el control. Esmeraldas y Sucumbíos, por ejemplo, están en un ambiente selvático y eso complica la situación. Entonces, ahí funciona el efecto globo. Es decir, hay control en Esmeraldas, pero el narcotráfico o el crimen organizado se van por otros sectores. Al parecer eso estaría sucediendo. Pero la preocupación que existe es que a las FF.AA. les falta equipamiento. Podemos decir que los militares están bien, que están reorganizados, pero sino tenemos los medios, sino hay los recursos es muy difícil que se cumpla a cabalidad la misión. De ahí que la idea es fortalecer a las Fuerzas Armadas. Ahora, dentro de esta reorganización, la institución ha presentado varios proyectos de ley a la Asamblea, pero no hay la celeridad que el caso amerita.
Leonardo Tipán, defensa de la familia de Óscar y Katty ‘No queremos más crímenes’
Existió una omisión y una negligencia del Estado ecuatoriano al atender a las familias afectadas por la violencia de la frontera norte. En el caso de Katty Velasco y Óscar Villacís, la investigación va a cumplir un año y no ha avanzado. Como no hay responsables hay el riesgo de que la investigación se archive y muera el caso con alias ‘Guacho’. Eso es lo que está pasando en el país y como ecuatorianos no queremos más secuestros y más asesinatos. Por eso pedimos que se agiliten las indagaciones y que se identifique a los verdaderos responsables. Si hubo ministros y otros funcionarios a cargo de los operativos de liberación deben responder. Aquí no es solo cuestión de decir quién asesinó, sino también decir quiénes fueron los actores responsables de liberar a los ecuatorianos secuestrados. Mire, Katty y Óscar fueron confundidos con agentes de Inteligencia y el Estado nunca salió a desmentir.