Centros recreativos y parques están llenos

Derlis Moreira, de 6 años, estuvo junto con su padre en la pista de patinaje de La Carolina, ayer por la mañana. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO.

Derlis Moreira, de 6 años, estuvo junto con su padre en la pista de patinaje de La Carolina, ayer por la mañana. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO.

El grupo de niños de la colonia vacacional del Ministerio del Deporte practicó, el 27 de julio del 2015, juegos tradicionales en la cancha. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO.

Poco a poco, el ambiente vacacional y de ocio se siente con fuerza en parques, centros de recreación y balnearios del Distrito. Es en estos lugares donde se realizan colonias y campamentos vacacionales tanto públicos como privados.

Las organizadas por el Municipio, las del Ministerio del Deporte y las de la Prefectura de Pichincha reúnen a 50 000 niños y jóvenes, cuyas edades fluctúan entre 6 y 12 años.

Las que están a cargo del Municipio se iniciaron, ayer, en las administraciones zonales, en las Casas Somos (antiguos Centros de Desarrollo Comunitario) y en las casas barriales. Las actividades recreativas, deportivas y turísticas tienen la prioridad en la agenda.

El administrador de la Zona Norte, Boris Mata, dio la bienvenida ayer a Lenin y Alan de 5 y 8 años, como a otros 3 000 niños, que llegaron desde diversos puntos del centro, norte y sur: “Descarguen y carguen las pilas para el próximo año lectivo”, les dijo. “Me aburriría sin esta opción”, admitió Rysha Vizuete, de 11 años, quien es alumna del Colegio Militar. Desde Las Casas se transporta hasta Iñaquito, acompañada de su mamá, para divertirse y hacer amigos.

Más al norte, en el sector de La Jipijapa, en el Centro Activo I del Ministerio del Deporte, los niños realizaron actividades deportivas como fútbol, basquetbol, voleibol, natación, tenis y sojukay (técnica de defensa personal). También la agenda contempla la realización de manualidades.

Este centro se encuentra ubicado en las avs. Gaspar de Villarroel y 6 de Diciembre, donde funcionaba el excomplejo deportivo del Banco Central. A diario llegan 2 000 niños y jóvenes, en dos jornadas, matutina y vespertina.

Francisco Echeverría, administrador de este centro, dijo que hay alrededor de 40 monitores, quienes apoyan en las actividades de los niños. Ellos son estudiantes de Educación Física de la Universidad Central del Ecuador, son parvularias del Instituto Cordillera o son conscriptos del Ejército.

Camila Guaspu, de 12 años, es una de las participantes. A ella le encanta la piscina, dice emocionada que le falta poco para ser una experta. En el Centro Activo I hay natación dos veces por semana por cada grupo, excepto los lunes.

También el tiempo de vacaciones se lo pasa en parques y otros espacios abiertos del Distrito Metropolitano. Las opciones son variadas, el ciclismo, la patineta, el vuelo de cometas, la caminata o un pícnic. La familia Ruiz llegó al parque La Carolina, ayer al mediodía a un costado de la pista de skateboarding para hacer un pícnic. Pusieron un mantel sobre el césped y empezaron a comer mientras veían a los jóvenes hacer piruetas con sus patines y también con sus patinetas.

Al otro costado estaba la familia de Mary Calvo, su hijo está de vacaciones y ellos esperan aprovechar este tiempo para enseñarle a montar bicicleta. Esta estructura, recientemente remodelada, permite la realización de esta actividad. En la laguna también hubo familias que rentaron botes.

Derlis Moreira, de 6 años, estuvo junto con su padre en la pista de patinaje de La Carolina, ayer por la mañana. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO.

Papás con otras rutinas

En esta época, la rutina cambia no solo para los estudiantes sino también para sus padres, abuelos y tíos. Virginia García se trasladó desde su vivienda ubicada en el sector de El Pintado, en el sur de la urbe, hasta la Escuela Manuel Tobar, frente al Mercado de Iñaquito.

No le importó la distancia para que sus hijos pudieran disfrutar de un campamento, de 08:00 a 12:00. En su sector no hubo cupos y ayer comenzó la diversión en la Zona Norte.

Detrás de la tribuna De los Shyris, en La Carolina, Ingrid Muenala se instaló de 09:00 a 12:00. Ella espera a su sobrino Nicolás Miranda, de 4 años. El pequeño es parte de la Escuela de Fútbol Chatolei, de Fabián Castillo. Viven en Monteserrín.

Su hermana trabaja en un taller de costura y no tenía tiempo para llevarlos a una actividad recreacional. Así que decidió darle una mano. Su sobrino mayor, Isaac, de 10 años, acude a clases de natación en el Ministerio del Deporte, se moviliza en un bus contratado.

Hasta esa dependencia, en la Gaspar de Villarroel, llega Luis Loachamín, de 53 años. Pidió vacaciones y así lleva y trae en su auto desde Calderón a su nieta Mishel, de 8 años, y a dos sobrinos, Mateo y Renato.

Norma Nieto también dejó de disponer de su tiempo en las mañanas. En estos días va con su hija Mía Vera, de 5, a la Academia Live Musik, en la Gaspar de Villarroel y 6 de Diciembre. También deja a sus hijos, de 12 y 14, en un campamento en la Universidad San Francisco de Quito. Viven en la zona del redondel del Ciclista.

Los padres y familiares deben ajustarse a sus horarios de trabajo para llevarlos a la colonia.

Así, lo cuenta, Cristina Tituaña, de 29 años, madre de dos niños, de 10 y 7 años, quienes asisten al Centro Activo I. Ella se levanta una hora más temprano, a las 04:30 para alistar el refrigerio y prepararlos para que su cuñado los lleve desde La Mena Dos (sur), donde viven, hacia su colonia.

Las inscripciones para el Centro Activo I están abiertas para el siguiente módulo que empezará el 10 de agosto.

No exponga a los niños

Ponga bloqueador solar con un factor alto y una gorra.

Envíele 
un refrigerio que incluya una fruta, una bebida y un carbohidrato.

Aconseje medidas de seguridad en piscinas.

Avísele a la monitora de la colonia quién lo va a retirar.

Evite enviar objetos de valor y tecnología a los niños.

Coloque el nombre de sus hijos en sus pertenencias.

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