En el Centro de Quito venden trajes de Papá Noel para vestir al Niño Jesús

Maria Luisa González  en un local de venta de Niños en el Centro Histórico.  Foto: Betty Beltrán / EL COMERCIO

Maria Luisa González en un local de venta de Niños en el Centro Histórico. Foto: Betty Beltrán / EL COMERCIO

María Luisa González en un local de venta de Niños en el Centro Histórico.

Los dueños de los locales de venta de imágenes de Niño Dios y ajuares abren desde las 07:00. Se incluyen los domingos.

A lo largo de la calle Rocafuerte, en pleno Centro Histórico de Quito, es donde más se observan este tipo de locales. Y en esta temporada, a pocos días de comenzar la novena del Niño, el miércoles 16 de diciembre, las ventas se disparan.

Cada uno de los negocios lucen multicolores, con una infinidad de trajes con colores brillantes y vivos para el Niño Jesús. Ahí están modelos como el Nazareno, un vestido barroco, corona y turbante; Saya, de caporal, y el de curita, el vestido que se usa para la misa. También los de capa fluvial del papa Francisco.

No se deja de lado aquellos trajes de danzantes: para este año se sacó el modelo del Coraza, indica hoy miércoles, 9 de diciembre de 2015, María Luisa González, propietaria de almacenes Los Ángeles, en la Rocafuerte y Venezuela.

En este local también se exhibe un traje de Papá Noel. Y lo hicieron, rememora González, porque el pasado año la gente deseaba disfrazar al Niño Jesús de Noel.

El trabajo para surtirse del producto necesario comienza en la mayoría de los almacenes que se dedican a la venta de Niños, desde los últimos días de enero, pues la consigna es confeccionar con un buen acabado y de a poco.

En almacenes Los Ángeles hay imágenes del Niño Jesús desde 10 hasta 45 centímetros. Y los precios: de USD 2,50 a 20, respectivamente.

Los trajes cuestan un poco más: la capa y el vestido están desde USD 18 hasta los 85 (mariachi).

Y ¿cual es el día de mayor venta? Sin dudar, González dice que es el 23 de diciembre. Sin embargo, desde el día de la novena (16 de diciembre) comienzan horas extenuantes, "no hay tiempo ni para comer".

Pese a la crisis las ventas son buenas, aclara González. Y ¿cual es el motivo? Responde que todo se debe a la devoción y a la tradición de la gente. Cuenta que "la tradición dice que si cada año le regala algo nuevo al Niño tiene un año de indulgencias y gracias".

En estos locales también se hacen arreglos de imágenes. Samuel Rivera, de un local de la Rocafuerte y Cuenca, menciona que los daños más frecuentes son de brazos, cabeza y dedos. Los arreglos se realizan máximo en dos días.

Y para evitar tanto trámite y gasto en arreglarlos a los Niños cada año, Rivera cuenta que entró al mercado un material más resistente (fibra de vidrio), el precio es mas alto, pero vale la pena. Por ejemplo, un Niño de yeso de 55 centímetros está en USD 22 y el de fibra de vidrio, en 65. Las imágenes de 10 centímetros también difieren en precio: el de yeso esta en USD 5 y la de fibra de vidrio, en 12.

Estos Niños de fibra de vidrio son más resistentes y tienen un brillo especial en los ojos, no es el típico ojo pintado, son de vidrio y en ellos brilla la vida, acota la vendedora.