Lorena Fernández. Especial para EL COMERCIO
Transitar en el centro de Londres es como entrar a una discoteca prestigiosa: la entrada es cara, el espacio poco y siempre hay alguien vigilando las áreas restringidas.
Desde hace siete años, los motoristas de la capital de Inglaterra pagan un peaje para circular en la zona central de la ciudad. De lunes a viernes, entre las 07:00 y las 18:00, los conductores que entran al área marcada con grandes carteles anunciando ‘zona de tarifa de congestión’ tienen hasta el final de ese día para pagar 8 libras esterlinas (USD 13) al Departamento de Transporte.
El pago se puede hacer por teléfono, mensaje de texto, Internet o en ciertas tiendas o gasolineras. Los ingresos de este peaje se usan para mejorar el transporte.
Sin embargo, las tarifas de buses y subterráneo siguen aumentando. Desde principios de este año, el costo de los pasajes aumentó en un 20%, de 1,63 USD a 1,96 USD en bus. El subterráneo en un 12%, lo cual significa un precio de 2,93 USD por viaje. Un sistema de computadoras revisan las placas y ponen multas a quienes no han pagado.
Los efectos de este peaje fueron positivos en los primeros años, pero están retrocediendo. El Departamento de Transporte reportó que de 2003 a 2006 el tiempo de viaje dentro del área central mejoró en un 30%. Pero durante 2006 los números se estabilizaron y la mejora se redujo a un 7%.
En 2007 el Departamento de Transporte extendió la zona de tarifa de congestión para incluir parte del oeste de la ciudad. Esta medida fue presentada como una prueba temporal, la cual expirará a finales de este año. Aunque el alcalde de Londres, Boris Johnson, dijo que el cargo a la zona oeste no terminará en 2010.
La congestión de la zona central aumentó en un 4% cuando el peaje se expandió al oeste. Esto se debe, entre otras razones, a que los residentes de las áreas congestionadas reciben un descuento de hasta el 90%, y la zona oeste es, en su mayoría, residencial.
En las horas pico, el tráfico del centro estanca tanto a los autos particulares como a los taxis y buses. Por esta razón, mucha gente prefiere tomar el subterráneo, pero en una ciudad de 7,5 millones de personas es fácil encontrar congestión aun dentro de las estaciones de metro.
Además del tiempo que toma viajar dentro de Londres, la polución vehicular da más razones para tomar medidas severas. El Reino Unido pidió a la Unión Europea una extensión para lidiar con los niveles de polución de Londres, pues de lo contrario tendrán que pagar una multa de USD 489 millones.
Así, Johnson sugirió la posibilidad de empezar “días sin congestión” en áreas donde los niveles de polución sobrepasan los límites aceptables. Todavía no está claro cómo se llevaría a cabo este tipo de restricción vehicular.