Este 1 de noviembre del 2018, en las afueras de este espacio se instalaron puestos de flores, tarjetas de condolencia y estampas religiosas. En la foto, pintan y retocan los nombres en las lápidas de los difuntos. Foto: Ana Guerrero / EL COMERCIO
El cementerio de El Tejar, considerado el primer camposanto planificado de Quito, abrió sus puertas, desde antes de las 08:00 para recibir a los familiares de quienes fueron sepultados en el sitio.
Este 1 de noviembre del 2018, en las afueras de este espacio se instalaron puestos de flores, tarjetas de condolencia y estampas religiosas.
Oficios propios del Día de los Difuntos también se ofrecen en el cementerio de la calle Cebollar, en el Centro de Quito. Uno de ellos es pintar y retocar los nombres colocados en las lápidas de los difuntos.
Cristina Guanotaxi es parte de una agrupación de 57 personas que se dedican a pintar los nombres y leyendas en las tumbas. También alquilan escaleras.
Como cuenta la mujer, su madre, Luzmila Grefa, ha trabajado 30 años en el cementerio del Centro de Quito. Ella y sus tres hermanos también encontraron en el espacio una fuente de empleo.
Los pintores, por ejemplo, cobran USD 0,25 por cada letra. Esto en caso de que se pinte completamente el nombre y la leyenda sobre la lápida blanca. Si solo es retoque cuesta USD 1 por todo el nombre.
En este primer día de feriado, la circulación en el sector de El Tejar es fluida. Se observa presencia de agentes de tránsito y policías metropolitanos.