Por segunda vez, en el Ecuador habrá CDR. La primera vez, obra de Mahuad. Los Certificados de Depósitos Reprogramados (CDR) fueron instrumentos para el fraude bancario. A los depositantes afectados por el feriado bancario y el congelamiento de depósitos se les entregó CDR.
La segunda vez son promovidos por el presidente Correa: comités de defensa de la revolución (CDR). Nicolás Brito los llama los CDR de CDR (Correa Delgado, Rafael).
En los bancos que pasaron a la AGD, los depositantes han sido varias veces perjudicados con los CDR. Se formaron bandas que compraban certificados con elevados descuentos porque pactaron con la Corporación Financiera Nacional que los recibiera a su valor nominal y con la Superintendencia de Bancos que obligara a hacerlo a los Bancos privados. En horas los mafiosos ganaban el 30% del valor del papel.
Llegó Correa al poder y formó una Comisión presidida por el titular de la CFN, Eduardo Valencia, con Jorge Vivanco, Ramiro Larrea y otros ciudadanos, para castigar el asalto a la CFN.
Prepararon el primer documento y se lo llevaron al Presidente: aparecía -Valencia lo relata- responsable del ilícito Pedro Delgado, pariente íntimo del Presidente, intermediario en las conversaciones con el grupo Isaías y hoy asesor del área bancaria y financiera, que entonces era funcionario de la CFN y luego de la Superintendencia, cuando se prepararon, dictaron y ejecutaron las resoluciones indicadas que propiciaron el fraude.
Correa le pidió a Valencia que Pedro Delgado revisara el documento. Valencia se negó y prefirió renunciar. El informe con anexos fue declarado reservado y se lo envió a la Fiscalía. Pronto cumplirá dos años de estar oculto. Para tapar el hueco financiero en la CFN, Correa, dentro del festín de los recursos petroleros de 2008, ordenó que el Estado -con recursos de todos los ecuatorianos- le compre la basura a la CFN. ‘Colorín colorado’ a la pillería el Presidente cree ha ocultado.
Las bandas de mafiosos se quedaron con sus ilícitas ganancias y Delgado con más poder. Los CDR 2009 los genera el Gobierno en la corrupción que le afecta -contratos petroleros marcados por la pillería, emergencias para negociados contractuales, SOAT, adquisición de medicamentos y equipamiento en salud con sobreprecios referenciales y falsedades documentales- y serán los instrumentos para intimidar a los críticos del Gobierno.
Habrá actores que sueñan con los CDR cubanos. Los de Correa son diferentes, se pretende utilizarlos para encubrir ilícitos. Si para mantenerse en las nóminas gubernamentales ya apoyaron el desmantelamiento de los derechos de los servidores públicos y sus organizaciones, lo más probable es que sigan de lamepiés.