Barcelona. AFP
Más de un 15% de los electores convocados ayer para pronunciarse sobre la independencia de la región de Cataluña habían participado hasta las 14:00 locales (13:00 GMT; 08:00 Quito).
El referéndum fue simbólico y no vinculante, pero con una gran carga política para un país de crecientes tensiones nacionalistas.
La participación en la consulta popular ya era de unas 105 000 personas a la hora señalada, según informó en Sant Cugat (afueras de Barcelona) Carlos Mora, director de la “ junta electoral ” de la llamada “ consulta popular sobre la independencia de la nación catalana”. Los 19 observadores internacionales presentes en Cataluña para garantizar la transparencia de la consulta coincidieron en la normalidad de la jornada y en la seriedad de la organización y participación en la consulta.
Según Mora, estos datos “son un resultado inicial exitoso que hay que sumar al comportamiento extremadamente cívico y pacífico de la población, que está acercándose a las urnas desde primeras horas de la mañana”.
“¿Estás de acuerdo en que ‘Catalunya’ sea un Estado de Derecho, independiente, democrático y social, integrado en la Unión Europea?”, es la pregunta a la que deben responder los participantes en esta consulta popular. Todo residente en Cataluña mayor de 16 años, incluidos los inmigrantes en situación regular, podían participar en esta votación no vinculante en 167 municipios catalanes.
Los resultados se esperan para las 22:00 (21:00 GMT, 16:00 Quito) , dos horas después de que sean cerrados los colegios electorales instalados en los locales.
Según sus impulsores, la consulta busca provocar un “debate sobre las relaciones entre Cataluña y España”, aunque puede interpretarse como una advertencia al poder central español. En efecto, tienen lugar mientras el Tribunal Constitucional español debate sobre la inconstitucionalidad de varios artículos del nuevo Estatuto de autonomía de‘Cataluña, que describe las competencias, ampliadas, de las autoridades de esta región, que eleva al rango simbólico de ‘nación’.
El referendo, organizado por entidades ciudadanas sin participación de la administración, para no incurrir en una ilegalidad según la legislación española, fue posible cuando más de un centenar de alcaldías aprobaron mociones favorables a la celebración de las consultas soberanistas. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, advirtió que la consulta “objetivamente no lleva a ninguna parte” .