“Las ideas más innovadoras sobre nuevas carreras vinieron de los institutos técnicos y tecnológicos particulares”, asegura Catalina Vélez. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Con nuevas carreras en institutos, universidades y politécnicas aprobadas, y ajustes en las mallas curriculares de otras empieza el 2019. Catalina Vélez, presidenta del Consejo de Educación Superior (CES), conversó sobre cómo consiguieron tramitar el 98,7% de pendientes.
Hasta el 2018, la oferta registrada en los establecimientos fue de 2 233 carreras.
En el 2016 no se aprobó ninguna carrera. Y desde el 2017 había varios pedidos represados. ¿Cuántas carreras fueron aprobadas en el 2018?
En total, 915 carreras. Alcanzamos a tramitar el 98,7% de pedidos de centros de educación superior. Empezamos de atrás hacia adelante.
¿Cuál fue la estrategia?
Para responder mejor a las instituciones de educación superior, en abril, en el Pleno del CES hicimos una reforma en el Reglamento de aprobación de carreras y programas.
¿Qué cambios hubo?
El trámite tardaba más fuera del ámbito del Consejo. Esto debido a que para que se apruebe un rediseño o nueva carrera debían buscar un evaluador externo al centro, que emita un informe. Eso tomaba 45 días o más. Hasta el 2016 ese servicio era pagado. Decidimos que, al pedido, los centros adjuntaran el aval de un evaluador, que podía ser incluso otra institución superior.
¿Eso agilitó los procesos?
Sí; así, el pedido trae el aval de una persona o institución, que implica una certificación de calidad. Un profesional o una institución no ponen en juego su prestigio. Eso pasa a la comisión respectiva del CES, que sin descuidar la calidad, acelera procesos, para responder de mejor manera a los centros de educación. Desde las universidades nos han comentado que han tenido la oportunidad de establecer mecanismos de intercambio de docentes incluso.
De las 915 carreras aprobadas en el 2018, ¿cuántas son de institutos técnicos y tecnológicos o conservatorios?
La mayoría. Son 342 de este nivel. Teníamos una deuda con este sistema.
Del número mencionado de carreras, ¿cuántas son nuevas, rediseños o ajustes a algo ya existente?
Del nivel técnico y tecnológico vino la mayor parte de propuestas innovadoras. Así, el 53% de las carreras que finalmente aprobamos son nuevas. El 47% restante correspondió a rediseños.
¿Qué engloba el rediseño de una carrera?
Implica que un centro busca adecuar su oferta a los parámetros que establece el Consejo. También tiene que ver con ajustes en el plan de estudios, no solo sobre horas de duración sino en contenidos. Se hacen actualizaciones a las mallas curriculares, para volverlas más contemporáneas y así atender mejor las necesidades de la ciudadanía.
¿Qué tantos pedidos de aprobación de nuevas carreras y ajustes tramitó el Consejo, de universidades y politécnicas?
De las 915 que aprobamos, 296 son de grado o tercer nivel y 277 de cuarto nivel (maestrías y especializaciones).
¿Qué significa para el sistema de educación superior ecuatoriano que para este año existan al menos 915 carreras aprobadas, entre nuevas y ajustes?
Consideramos que son cifras interesantes. Hay una ampliación de la oferta académica, que permitirá que los jóvenes tengan más opciones. Hay que reconocer, eso sí, que la mayor oferta renovada está en los institutos particulares, aún faltan propuestas desde lo público, ese es el desafío.
¿Y en qué campos se concentra esta oferta?
En lo técnico y tecnológico, la oferta académica se concentra en el campo de la administración y los servicios, esto es hotelería, gastronomía y atención en turismo. También en estética, cosmetología y en tecnologías de información.
Y en otros campos, relacionados con salud o educación, ¿qué tantos cambios les propusieron?
A nivel de institutos técnicos y tecnológicos, las propuestas fueron para las carreras relacionadas con enfermería y de técnicos de atención primaria de salud. También en Educación Inicial.
¿A nivel de grado y posgrado también hubo rediseños o nuevas propuestas de carreras de la salud?
Sí, se actualizaron contenidos temáticos, pero también metodologías y didáctica; se incorporó una base de práctica preprofesional, que posibilita que estudiantes estén en contacto con la sociedad. En el tema de posgrados, la oferta crece en ingenierías, industria y construcción. Las maestrías aún son incipientes en especializaciones de salud.
¿Considera que hacen falta más ajustes en carreras como Educación?
En el imaginario de la gente sigue teniendo muchísimo más prestigio ser médico o abogado que profesor. Eso dice la demanda, pero quizá a nivel de política pública se debiera pensar en reorientar eso, con incentivos, como prácticas remuneradas, etc.
¿Qué tanto se ajustan las carreras al plan de cambio de matriz productiva?
Hay el reto de fortalecer el vínculo con el sector productivo. Se han dado pasos desde los institutos. Pero la razón de ser de la educación no es obedecer a ese sector sino ofrecer carreras de calidad, para aportar a la construcción del conocimiento.
¿En qué temas se enfocarán durante este 2019?
Tras la reforma a la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) debemos actualizar la normativa. Trabajaremos en tres reglamentos: Carrera y escalafón del profesor investigador, Régimen Académico e Institutos. Deben estar listos en la primera semana de febrero.