Dos casos de contagio del virus del Zika fueron confirmados en Santo Domingo. Las autoridades sanitarias realizan actividades para eliminar los posibles criaderos del mosquito transmisor. Foto: Bolívar Velasco/ EL COMERCIO
Uno de los casos es importado y el otro es autóctono. El primero fue detectado en una persona que estuvo en un país donde el virus del Zika está presente. Mientras que el otro se lo identificó en un barrio del cantón La Concordia, en Esmeraldas.
En Santo Domingo de los Tsáchilas, en el occidente del Ecuador, las autoridades de salud dieron detalles de los casos, este viernes 12 de febrero del 2016. La directora del Distrito de Salud 23D02, Lorena Ortega, manifestó que las verificaciones se hicieron por medio de pruebas de laboratorio practicadas en el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública, INSPI.
Las muestras se enviaron el 10 de febrero del 2016 y desde entonces se consideró a los pacientes como sospechosos de zika. No obstante, una vez confirmados, se activó un protocolo sanitario en el lugar donde residen las personas infectadas.
Ortega explicó que se mantiene un cerco epidemiológico y se hacen análisis para descartar si otras personas o familiares de los contagiados presentan cuadros febriles o los síntomas del zika. En estas labores colaboran alrededor de 15 militares que fueron capacitados previamente para contrarrestar el zika, el dengue y el chikungunya.
Los agentes aplican acciones puerta a puerta y se difunden mensajes de prevención y medidas de eliminación de criaderos de vectores en los hogares.
Jairo Carvajal, analista de promoción en Salud, comenta que con el trabajo comunitario y la educación para la salud de a poco se logran los cambios de comportamiento hacia una cultura de prevención entre los habitantes.
El virus del Zika es una enfermedad viral transmitida por el mosquito aedes aegypti. Los síntomas son fiebre leve, sarpullido, dolor de cabeza, dolores en las articulaciones, dolores musculares, malestares generales y conjuntivitis. Estas se presentan entre los tres y 12 días después de la picadura del mosquito.