Imagen referencial. La Fiscalía investiga a un cuarto sospechoso en el caso Martha, en donde se procesó a tres hombres por la violación grupal a una mujer en un bar de Quito. Foto: Pixabay
El pasado 28 de febrero del 2019, la jueza Gloria Pinzón dictó prisión preventiva para Xavier E., quien se convirtió en el cuarto sospechoso en el caso de violación grupal a Martha, ocurrido el 13 de enero del 2019, en un bar en el norte de Quito. Los otros tres procesados Andrés M., Jhonn y Danny P. , detenidos en delito flagrante, permanecen privados de la libertad en la cárcel de Latacunga.
De ser declarados culpables, los procesados enfrentarán una pena de 19 a 22 años, según lo estipula el artículo 171 del Código Orgánico Integral Penal: “Es violación el acceso carnal, con introducción total o parcial del miembro viril, por vía oral, anal o vaginal; o la introducción, por vía vaginal o anal, de objetos, dedos u órganos distintos al miembro viril, a una persona de cualquier sexo”.
Según Catalina Ávila, abogada de Martha, la pena podría ampliarse a 29 años cuatro meses por agravantes. La instrucción fiscal del caso culminará el pròximo jueves 14 de marzo del 2019.
Catalina Ávila, abogada de Martha, habló sobre el proceso. Foto: EL COMERCIO
La fiscal Consuelo Tapia presentó varios elementos para implicar a Xavier E. en el proceso. Entre las pruebas estaban fotos, videos y audios extraídos de los teléfonos de los procesados. Se tomó en cuenta las versiones de las personas que aquel 13 de enero se encontraban en el lugar de los hechos, además de que, según Fiscalía, la información extraída de las cámaras de seguridad no concuerda con las horas que el implicado proporcionó en su versión.
Martha no está de acuerdo con la vinculación, descarta la participación de Xavier E. y pide a las autoridades nacionales que actúen con objetividad en su caso. Este es su testimonio:
“Confié en que mi caso se estaba manejando de la manera adecuada pero decidí tomar acción porque veo que no se está realizando el debido proceso. Veo que se intenta justificar a mis tres agresores para implicar a una persona que, estoy segura, no tuvo nada que ver en lo que me hicieron.
Por eso, he tomado fuerza para presentarme en las audiencias y lo seguiré haciendo a pesar de lo doloroso que es para mí, para vigilar el proceso.
El 28 de febrero, se dictó prisión preventiva para Xavier E. Yo asistí a la audiencia por mi propia voluntad pero no querían que ingrese. Finalmente, lo hice y la Fiscal alegó que yo no debía estar ahí para no revictimizarme, me dijo que busquemos una psicóloga. Mi abogada le indicó que era mi derecho como víctima y me permitieron intervenir.
La jueza me dijo que solo tenía cinco minutos para hablar. Intenté exponer lo más rápido posible mis argumentos pero me calló. Me dijo que no podía estar ahí. Pero yo no quiero que se inculpe a una persona que no tuvo nada que ver. Siento que no tengo garantías, que el Estado no le da importancia a mi versión.
El día de la agresión, yo estaba consciente. Como lo he repetido muchas veces, yo solo tomé dos copas de licor. La fiesta estaba amena. Xavier me indicó que iba a ver a un amigo y me preguntó si quería ir pero le dije que no. Pensé que estaba con personas en quienes podía confiar. Después, perdí el conocimiento. Tengo apenas pocos recuerdos de lo que me hicieron pero tengo presente los tres rostros que vi.
Recuperé el conocimiento cuando Xavier llegó y las chicas comenzaron a vestir. Lo único que yo tenía era frío y miedo. Escuchaba a Xavier gritando, estaba enojado. Preguntaba qué fue lo que pasó, que quién había sido. Y fue él quien me dijo que vayamos a hacer la denuncia.
Recuerdo que lo único que le decía es ‘Xavi, por Dios, llévame a mi casa. Tengo miedo, por favor’ y él decidió no hacerlo y llevarme a hacer la denuncia. Es por eso que no creo que una persona que haya participado en un acto tan atroz haya decidido apoyar la denuncia.
He sentido el apoyo de la gente. No sé en qué momento mi caso se hizo tan público, yo estaba en el hospital. Pero les agradezco y pido a la sociedad que esté alerta para que no se quiera cometer otra injusticia porque ya hay una víctima que soy yo y quiero que se responsabilice a los verdaderos culpables.
Siempre confié en lo que se estaba haciendo. Hay las pruebas suficientes para inculpar a las tres personas que me agredieron y sin embargo, ahora miran para otro lado. Yo no tengo por qué estar encubriendo a nadie.
Las tres personas que me agredieron pudieron haber tomado licor, pero eso no justifica todo el daño que me hicieron. Por eso, les pido que por favor me apoyen, porque seguiré con esto hasta las últimas consecuencias.
Solicito a las autoridades ecuatorianas que vigilen este proceso y que mejoren la forma en la que tratan a las víctimas porque es muy doloroso. Pido que me escuchen, que si mi versión no es tomada como la principal, la tomen en cuenta para la investigación. Y eso es lo que hasta este momento, no he visto”.