Dice la Contraloría que analizará el uso de los vehículos estatales, a propósito del accidente causado el 14 de enero por uno de los dos jeeps que llevaban a su trabajo, por una vía prohibida, a la esposa del Fiscal. Y que también indagará cómo se financió el comunicado en el cual los fiscales provinciales y funcionarios de la Fiscalía se adelantaron a exculpar a la esposa de su jefe, en una acción contraria a la objetividad que se espera de su oficio.
Dice la Asamblea que enjuiciará al Fiscal si no renuncia, pero éste la desafía y se ampara en el mandato que dio lugar a su elección provisional, y a la vez reclama el debido proceso para ser reemplazado. Todo esto mientras el asesor jurídico de la Presidencia de la República sostiene que el pedido de la Asamblea carece de sustento jurídico…
Se dice y se dice. Dice el Fiscal que investigará de manera “transparente, clara y objetiva” a los fiscales y funcionarios que lo apoyaron, como si ese fuera el meollo del problema. Los firmapapeles no hacen sino expresar un espíritu de cuerpo que nace de la provisionalidad de sus cargos y de su dependencia política. A propósito, parece que nadie se fijó en otro comunicado firmado pocos días antes por casi los mismos protagonistas, pero para defender al Fiscal de Pichincha por la reacción de los ex personeros municipales involucrados en la firma de garantías para el nuevo aeropuerto.
¿Debido proceso? Si hubiese un poco de pudor institucional, la sola invocación de ese precepto debía haber impedido a los firmantes basarse en el parte policial y llevarlos a buscar, como lo señala el actual sistema acusatorio, la prueba de modo científico. Sin embargo, la solidaridad llegó al punto de afirmar que la fallecida, Natalia Emme, hablaba por teléfono al cruzar la calle, lo cual ya ha sido refutado.
Ahora la acción fiscal se encamina a demostrar que Emme no estaba en plenitud de condiciones. ¡Qué mejor que cerrar el caso mostrando que ella provocó el accidente porque estaba ebria, a lo cual solo hay que añadir un poco de la sazón xenófoba que contiene el comunicado y que cuadra con el argumento de la ‘víctima’ de que hay que cerrar filas para defender a una ecuatoriana, riobambeña por más señas!
Quienes sí están ebrios, pero de poder, son aquellos que, como el Fiscal, se acostumbraron a un ejercicio político y mediático del cargo. O que, como el Presidente, no tienen ni una pizca de sentido autocrítico, cuando piden perdón en nombre del Estado y sancionan a los policías que actuaron contra un ciudadano machaleño por supuestamente haber hecho gestos obscenos, pero no dicen ni una solo palabra sobre quien motivó la acción policial…
Nada raro en un Presidente que hace una penosa autocomparación con Juan Montalvo, por aquello de ‘gran insultador’… ¿Se puede esperar el debido proceso de la propia Fiscalía, de la Asamblea y de la Contraloría en medio de esta embriaguez?