El caso de 107 esclavos impacta en México DF

Ciudad de México.  DPA y Reuters

 La   Policía de Ciudad de México arrestó hasta ahora a 25 personas por supuesta participación en una red que tenía esclavizadas a 107 víctimas, en su mayoría indígenas, en la capital mexicana. Así lo  informó ayer  el fiscal Miguel Ángel Mancera.

Mancera afirmó que las investigaciones comenzaron el 2 de septiembre y que las personas obligadas a trabajar como esclavos “en muchos casos ni siquiera pueden hablar español”.
El desmantelamiento de la red se anunció en Ciudad de México, cuando la Procuraduría de Justicia de Ciudad de México presentó a 23 detenidos. Después hubo otros dos arrestos.

Las víctimas eran secuestradas en la Central de Abastos, el mayor mercado mayorista de México, donde muchas trabajaban como cargadores. De ahí los llevaban a un supuesto centro de rehabilitación para alcohólicos y drogadictos llamado Hospital Santo Tomás Los elegidos de Dios, que funcionaba desde hacía ocho años en la delegación (distrito) de Iztapalapa, en el sureste de la ciudad.

Según las autoridades, eran obligados a trabajar jornadas de más de 16 horas, y sin sueldo, en la fabricación de bolsos para mujer y otros artículos que se vendían a diferentes tiendas.
 Las víctimas vivían en condiciones infrahumanas, insalubres, hacinadas, bajo maltrato y explotación sexual”, informó la Fiscalía. Las autoridades señalaron que varias de las personas rescatadas fueron enviadas a diversos hospitales con “evidentes grados de desnutrición y deshidratación, laceraciones e infecciones cutáneas y fracturas, entre otros padecimientos”.
Los esclavos dormían en el suelo y recibían castigos cuando los sorprendían conversando.

Mancera dijo que algunos de los liberados dijeron haber visto patrullas cerca en el momento en que  fueron llevados al falso centro de rehabilitación, por lo que se indaga una posible complicidad policial. Algunos sufrieron también abusos sexuales.

La Policía realizó un operativo sorpresa en una empresa que fabricaba pinzas para ropa, después de varios meses de investigación, tras una queja de un trabajador que escapó del lugar. La voz de alerta la dio una de las víctimas que logró escapar. 

Medios locales reportaron que las personas liberadas sufrían de desnutrición y mostraban señales de abuso físico. Una mayoría eran indígenas del sur del país, adictos al alcohol y a las drogas que vagaban por las calles de la Ciudad de México, dijo una portavoz de la Fiscalía. Algunos fueron llevados a la fábrica con la promesa de darles empleo.

La víctima que logró escapar tras 38 días de cautiverio,  declaró que  las faenas laborales en la fábrica clandestina  comenzaban a las 08:00 y terminaba a la medianoche y que los cautivos disponían  cerca de media hora para comer. Además, indicó que los esclavos permanecían encerrados con cadenas y candados. También señaló que en ese tiempo vio a por los menos 300 personas que laboraban en el sitio. 

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