Redacción Guayaquil
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En el ranking del Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (Conea) la universidad Casa Grande y la tecnológica Ecotec fueron encasilladas en la categoría D. Según el informe, ambos centros de estudios de Guayaquil “requieren especial atención, porque manifiestan con mayor intensidad las carencias del sistema educativo”.
Anita Falconí está a punto de graduarse de licenciada en Comunicación en la Casa Grande. Hace pocos meses terminó su tesis, un documental sobre la vida de las pandillas juveniles.
Para esta joven estudiante, el puntaje que recibió su universidad no se compara con su calidad de educación. “He pasado por otras dos universidades y la Casa Grande es una de las mejores. No sé qué parámetros tomaron en cuenta para esa evaluación”.
Falconí canceló USD 1 500 por cada semestre. Pero la cantidad se justifica, según cuenta, por el modelo educativo que recibió en ese centro. “La metodología de aprender haciendo se aplica al 100%. Y cuando salimos al campo laboral eso nos ayuda muchísimo, porque es más práctico”.
Para su rectora, Marcia Gilbert de Babra, la calificación es injusta. “El parámetro de calificación que se ha establecido es en función de las politécnicas, algo que no aceptamos, porque no somos técnicos, somos humanistas”.
Gilbert rechaza que en el análisis no se haya incluido el modelo educativo de la Casa Grande que, según explica, es personalizado. “De una encuesta que hicimos a 915 estudiantes el 4,37 (sobre 5) se siente satisfecho con ese modelo educativo. Pero eso no vieron”.
En los pasillos de la Casa Grande, los estudiantes comentan sobre la calificación D. La noticia sorprendió a Natalia Serrano, quien cursa el tercer año de Periodismo. Ella es uno de los alumnos que apoya el modelo de estudio. “Acudí a varias universidades y elegí esta por su pénsum”.
Serrano critica la forma de calificación y pide una nueva prueba, más minuciosa. “Se calificó todo menos la calidad educativa. Nos bajaron el puntaje porque no tenemos laboratorios químicos ni sindicatos… Esta universidad tiene una naturaleza social”.
Uno de los puntajes más bajos de este centro de estudios fue en investigación. Tiene cero. Otro de los aspectos que la pusieron bajo la lupa fue la falta de posgrados, ya que actualmente ofrece dos maestrías y un diplomado.
Gilbert se defiende ante los resultados y destaca que la Casa Grande destina USD 40 938 para trabajos de investigación. “Ahora tenemos cinco proyectos en los que trabajan nueve maestros y 36 estudiantes asistentes, y no han sido tomados en cuenta”.
En cuanto a la cantidad de posgrados, explica que eso se debió medir en relación al tiempo de creación. “Somos una universidad joven. Tenemos 10 años y solo a partir del quinto año estamos autorizados a dar posgrados”.
La Casa Grande tiene unos 1 000 estudiantes y el 50% de su planta docente ha cursado posgrados. Una encuesta realizada en mayo pasado revela que el 90% de los egresados trabaja en entidades públicas y privadas.
Por ahora, un grupo de maestros analiza el informe del Conea. Luego de esa revisión pedirán una nueva evaluación.
Las autoridades de la universidad tecnológica Ecotec toman medidas similares. Su rector, Fidel Márquez, asegura que por ahora analiza minuciosamente las más de 300 hojas del informe del Conea. “Este informe se está viendo desde la perspectiva política y hay que verlo desde el lado exclusivamente académico”.
Por ahora, un grupo de docentes analiza el sistema matemático de calificación. Y la próxima semana, las autoridades darán un pronunciamiento oficial.
La Ecotec fue fundada en diciembre de 2006. Actualmente tiene cinco facultades: Ciencias Económicas y Empresariales, Marketing y Comunicación, Sistemas Computacionales y Telecomunicaciones, Turismo y Hotelería; y Derecho y Gobernabilidad. En su nómina cuenta con 142 profesores y unos 1 200 alumnos matriculados.
Ester Chóez estudia Ingeniería en Administración en la Ecotec. Actualmente paga USD 360 por las dos materias que recibe.
Para ella, la calificación D perjudica la carrera profesional de cientos de jóvenes. “La universidad nos da oportunidad de trabajar y estudiar a la par. Su método de enseñanza es muy exigente y no estamos de acuerdo con esa categoría porque nos afecta”.