El hijo del ‘Chapo’ fue secuestrado la madrugada del 15 de agosto por el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). Foto: EFE
Poseedor de las armas y la capacidad de distribución de una gran organización internacional, el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) ganó poder en pocos años y ha llegado al punto de desafiar de manera abierta a las autoridades.
El grupo criminal surgió hace unos seis años a partir de los remanentes del cártel del Milenio y se extendió más allá de Jalisco a los estados colindantes de Colima y Michoacán, en el oeste de México. Esa rápida expansión provocó violentos enfrentamientos con cárteles rivales, como Los Caballeros Templarios y Los Zetas, que vieron reducidos sus territorios.
Actualmente, libra también una guerra con su antiguo aliado, el Cártel de Sinaloa. Debido al incremento de su fuerza e influencia, el CJNG fue incluido en mayo de 2015 en la “lista negra” de la Oficina para el Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que lo ha catalogado como uno de los más poderosos del país.
Aunque el CJNG surgió en Jalisco, tiene sus raíces en Michoacán, de donde es su líder, Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, un criminal con una amplia trayectoria que estuvo tres años en prisión en la década de 1990 y que en la última década logró escalar dentro del mundo criminal.
Con una actitud ofensiva pocas veces vista, el cártel se ha atrevido a desafiar al Gobierno reiteradas veces: incendió vehículos y bloqueó carreteras en Jalisco, derribó un helicóptero militar con un lanzacohetes y ha emboscado a policías en varias ocasiones, con decenas de muertos en las fuerzas del orden.
El CJNG ha pasado del anonimato a ser uno de los mayores dolores de cabeza del presidente Enrique Peña Nieto. Su alianza con otras organizaciones criminales, como Los Cuinis, ha incrementado su capacidad para vender y distribuir drogas, lo que le genera réditos más que suficientes para reclutar adeptos y seguir creciendo.