Redacción Judicial
Un documento apócrifo llegó al Ministerio de Seguridad Interna y Externa con información de posibles anomalías en los grupos de Inteligencia ecuatorianos, en especial, de la Unidad de Investigaciones Especiales de la Policía (UIES).
La información se hizo pública en el informe que presentó el 10 de diciembre último la Comisión de Transparencia y Verdad de Angostura. Uno de esos documentos establece la supuesta relación entre el grupo policial y agentes colombianos, para seguir los pasos del ex líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Raúl Reyes.
En torno al 1 de marzo
Según un documento sin firma que llegó a la Comisión de Angostura, la UIES alquiló un piso en la República de El Salvador, en Quito, para agentes extranjeros.
La información refiere que supuestamente efectivos de la UIES custodiaron a agentes extranjeros en su salida del país, a través de Rumichaca, luego del ataque a Angostura en 2008.
Según el ex jefe de la UIES, Manuel Silva, “hay una mala intención para decir que yo sabía lo del ataque de Angostura y tildarme de traidor a la Patria”.
El informe de la Comisión señala que “desde agosto de 2007 llegaron a Ecuador agentes de la seguridad colombiana para trabajar coordinadamente con nuestros servicios de Inteligencia en relación al seguimiento a Reyes, a Franklin Aisalla (ecuatoriano) y a la Coordinadora Continental Bolivariana (CCB)”.
Según el documento, esta información fue entregada por el Ministerio de Seguridad y se la atribuyó al ex jefe de la UIES, Rafael Pérez, quien reemplazó a Silva.
Incluso, el ex coordinador de la Comisión de Angostura, Francisco Huerta, aseguró a este Diario: “Tenemos la impresión de que los datos que nos dio el Ministerio de Seguridad llegaron de manos de Pérez. Él tenía una rivalidad histórica con el mayor (Manuel) Silva, pero uno de los errores de él fue no haber comparecido ante la Comisión. No quería confrontarse con ciertos hechos. Algunas de las pruebas nos llegaron por divergencias internas de los servicios de Inteligencia”.
Pérez acusó a Silva de haber entregado los discos duros de las computadoras de la UIES a la Embajada de Estados Unidos, por lo que se inició un proceso por supuesto atentado contra la seguridad del Estado. Luego, Silva contraatacó y dijo que el mayor Pérez había quemado documentos secretos del grupo para esconder investigaciones.
Por estas discusiones, la Comisión atribuye una carta apócrifa a Pérez. En la misiva se afirma que llegaron agentes de Colombia y que el ex director nacional Antinarcóticos, el coronel Juan Carlos Barragán, les entregó una oficina en las instalaciones de esa Unidad, en Carcelén, en Quito.
Allí, de acuerdo con el texto, se estableció un centro de operaciones, para coordinar el trabajo de seguimiento y control al ex líder de las FARC, Raúl Reyes. En esto se trabajó, supuestamente, con los ex agentes de la UIES, Manuel Silva, Francisco Saavedra, Guido Núñez y Jorge Hadathy.
Además, esta carta estaba acompañada de unas fotos, en las que aparecen oficiales de Colombia con Silva, en diferentes lugares: Esmeraldas, Quito, etc.
Silva dice que “los agentes colombianos llegaron y trabajaron con nosotros en varios casos. Hubo intercambio de información y capacitaciones. Tengo fotografías de las capacitaciones. Su llegada no fue secreta lo sabía el entonces Comandante de Policía (Bolívar Cisneros) y dio su aval”.
Pero este Diario consultó a Pérez y él negó haber escrito esta carta. Y se mostró sorprendido de la información que contenía. “Algunas cosas de las que aparecen aquí yo ni siquiera las conocía, porque sucedieron cuando yo no estaba en la UIES”, sostuvo.
El texto de la misiva habla en primera persona sobre la vida de Pérez, por lo que Huerta “infirió” que fue redactada por el policía.