Carlos Terán Egas
El tema de la Lotería Quiteña ha sido solo un ideal para Quito y la provincia de Pichincha, por falta de acción comunitaria y liderazgo. Las autonomías de los gobiernos locales que se proyectan a escala nacional, exigen de sus autores generar sus propias rentas; por tanto, la lotería será para Quito una importante fuente de ingresos. Quito y su provincia no pueden regalar su ‘petróleo’ (léase población); pues, este ‘capital social’ se formó a través de los siglos.
La obligación de mantener viva la aspiración quiteña por poseer su lotería es prioritaria. Lamentablemente, nadie se preocupa. A pesar de conocer el flujo de millones de dólares que se pone en juego y que Quito entrega “graciosamente y sin beneficio de inventario”, pues al contribuir con el 30% al mercado nacional de la lotería, deja de percibir USD 21 millones anualmente; en 10 años serían 210 millones; en 20 años ascendería la cifra a USD 420 millones y así, gradualmente, hasta culminar el siglo.
A este nivel la cifra astronómica alcanzaría los USD 2 100 millones. Sin considerar para este cálculo el crecimiento poblacional. Este aumento de la población incrementará significativamente día a día la generación de rentas producto de la lotería. Estos recursos llegan a constituir una verdadera reserva económica para la ciudad.
Señor Alcalde, los quiteños aspiramos a un transporte masivo rápido y cómodo, que dinamice todas nuestras actividades en un ambiente de seguridad.
Señor Alcalde, si usted lidera vamos a conseguir estos objetivos, involucrando a toda la población quiteña para obtener el financiamiento sugerido. Cabe recordar, una vez más, que el tema de la Lotería Quiteña ha sido sólo un ideal para su ciudad y Pichincha, por falta de acción comunitaria y liderazgo.
Señor Alcalde, la ciudadanía quiteña espera confiada en su decisión, para hacer realidad esta secular aspiración quiteña. Quito exclama: “¡Quién no está conmigo está contra mí!”.