En el Instituto Sucre, de Quito, alumnos estudian producción textil. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Los institutos técnicos y tecnológicos no son la primera opción del bachiller. Pero su oferta académica se amplió el año pasado. De 915 carreras aprobadas, 342 llegaron de este sector.
Santiago Romero, de 25 años, cursa una Tecnología en Electricidad en el Instituto Público Superior Sucre, en Quito.
Luego de dos intentos para seguir una carrera universitaria, optó por la tecnología. No obtuvo un cupo en lo público, pues sacó 867 sobre 1 000 puntos en el Ser Bachiller. Como no pudo costear una ‘U’ privada, ahora estudia y trabaja.
En el segundo semestre del año pasado hubo 205 455 postulantes y la mayoría buscó cupos en la ‘U’. Solo 53 000 graduados optaron por institutos, tras el Ser Bachiller. La cifra es superior a la registrada en el primer semestre: 46 501 para institutos, según la Secretaría de Educación Superior.
“Carreras basadas en las necesidades del territorio como en la demanda industrial y tecnológica”. Es el reto de este 2019, asegura Aldo Maino, rector del Instituto Tecnológico Espíritu Santo, en Guayaquil. Preside la Asociación Nacional de Institutos Particulares.
En su centro se rediseñaron 22 carreras en Administración, de Comunicación, Turismo, Gastronomía, Sistemas Informáticos, entre otras. En el 2018 ampliaron la oferta con Producción Audiovisual y Desarrollo de Aplicaciones Web.
Este año buscan explorar áreas en salud con una carrera en Enfermería y una tecnología en Seguridad en la Web.
En el país hay 278 institutos técnicos y tecnológicos; 140 son privados. A nivel particular ofertan 390 carreras y en lo público hay 314 opciones. En total son 704, con diferentes perfiles. Estas son otra opción para quienes rendirán el Ser Bachiller, del 17 al 21 de enero.
En el Tecnológico Sucre este año se prevé presentar al Consejo de Educación Superior (CES) cinco nuevas tecnologías relacionadas con la Comunicación Digital, Mecatrónica y Seguridad Industrial.
“La especialización y el aprender haciendo” son dos ejes de esta formación para Camilo Luzuriaga, rector del Instituto Superior de Cine y Actuación (Incine) en Quito. Este nivel -dice- aporta con carreras innovadoras que permiten el surgimiento de nuevas industrias. Empezaron con Dirección de Cine y Actuación. Ya tienen seis carreras, las nuevas se enfocan en Maquillaje de actuación y Animación 3D.
Se requiere no solo cambios a nivel académico -subraya- también en la remuneración y reconocimiento de títulos.
Mario Román es rector del Tecnológico Internacional, en Quito. Coincide en que falta valorar la tecnología. Ese centro espera que el CES apruebe dos carreras este año: Técnico en Ventas y Administración.