¿Cómo se desarrollan las clases en universidades de Ecuador por el covid?

Héctor Catagña es alumno de Ingeniería en Telecomunicaciones, en la Politécnica.

Héctor Catagña es alumno de Ingeniería en Telecomunicaciones, en la Politécnica.

Héctor Catagña es alumno de Ingeniería en Telecomunicaciones, en la Politécnica. Foto: Cortesía

En imágenes proyectadas en su computador, Diana Paucar observa la mezcla de ácidos y el uso de materiales como tubos de ensayo o buretas. Son las actividades que debía aprender en un laboratorio.

La estudiante de segundo semestre de Ingeniería en Petróleos de la Universidad Central (UCE) considera que las clases virtuales tienen sus ventajas. “En mi casa puedo organizar mejor mi tiempo”. Sin embargo, no es lo mismo y se requiere de autoaprendizaje.

Los contenidos prácticos se trasladaron a lo virtual, en la medida de lo posible, dijo la vicerrectora académica de la UCE, María Augusta Espín-. Lo que no se pudo, sobre todo en áreas de medicina, odontología o ingenierías, se reprogramará para un semestre extraordinario, posiblemente entre abril y mayo del 2021.

2 500 estudiantes sin acceso a Internet recibieron chips con datos para las clases por Moodle y Teams. Para eso se invirtieron USD 50 000 por mes, entre junio y septiembre. En total, la UCE tiene 42 402 alumnos y 2 216 docentes.

En la Politécnica Nacional, 513 de alrededor de 8 000 alumnos recibieron una beca económica para cubrir necesidades de diferente tipo, señaló su vicerrector, Iván Bernal.

Después de una evaluación, la institución encontró que algunos estudiantes no tenían computadora, otros no contaban con Internet o su conectividad era de baja capacidad y otros no tenían cámara, micrófono o audífonos.

Les entregaron USD 180 para Internet, 220 para una tablet y USD 26 para los otros insumos complementarios.

Héctor Catagña recibió los dos primeros beneficios y no perdió sus clases de Ingeniería en Telecomunicaciones. En su vivienda, ubicada en El Tingo, no contaba con ningún dispositivo ni con Internet.

En lugar de sus clases prácticas, el joven de 22 años ha hecho voltímetros y ha armado circuitos en simuladores.

Así se han reemplazado los laboratorios, dijo el vicerrector Bernal, y se mantendrá igual en el semestre que empezará en noviembre. En el siguiente, que arranca en mayo -dijo- planean organizar prácticas de laboratorio para llegar a los objetivos de aprendizaje.

Con una regulación hecha desde el Consejo de Educación Superior se logró que en lugar de entregar becas de manutención para la presencialidad se otorguen ayudas tecnológicas, señaló el titular de la Senescyt, Agustín Albán.

“Es un trabajo permanente, en un plazo muy corto hemos tenido que reconvertir la educación superior de 100% presencial a 100% en línea”.

La Universidad de Cuenca se encuentra en receso, antes del inicio del nuevo periodo en la segunda semana de octubre, dijo su rector, Pablo Vanegas. Aplicarán las mismas acciones que en el semestre que finalizó en medio de la pandemia.

El 10% de 16 000 estudiantes recibió becas de USD 100 para que adquieran paquetes de datos. Y el ancho de banda de los campus se distribuyó entre 200 de los 1 200 maestros.

Para complementar el componente práctico, dijo el rector, diseñaron planes de contingencia que se ejecutan entre agosto y septiembre.

En su séptimo semestre de Medicina, Steven Blum aprende a operar con videos en Internet. En un ciclo regular de la Universidad de Guayaquil, las clases se impartirían en laboratorios, consultorios y hospitales. Pero desde julio, Steven comparte un aula virtual con 44 compañeros.

“Deberían considerar clases semipresenciales en Medicina”, sugiere. Su propuesta no es lejana. El rector Roberto Passailaigue explica que preparan programas para el retorno a materias de medicina, odontología, enfermería, obstetricia e ingeniería química. Los aforos serán del 40%.

El plan debe ser aprobado por el COE de Guayaquil. Semanas atrás, el vicealcalde Josué Sánchez adelantó que en octubre se dará apertura a planes piloto de universidades e institutos del cantón, para recuperar la parte práctica.

La Universidad de Guayaquil está trabajando con 742 aulas virtuales. La vicerrectora académica, Monserratt Bustamante, recuerda que en diciembre establecieron por primera vez un programa de educación en línea. Ese fue el andamiaje tecnológico para continuar con las clases durante la pandemia.

Actualmente registran 56 832 inscritos, 930 menos que en el periodo presencial anterior. Una de las causas de esa disminución es la falta de conectividad; un estudio de la universidad concluyó que poco menos del 10% de alumnos no tiene Internet en casa.

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