Las caretas de los políticos están en primera fila de decenas de improvisadas tiendas de Quito, para ser quemadas en la medianoche de hoy, 31 de diciembre, como un símbolo del año que se acaba.
Fuego y purificación. Buenos y malos recuerdos que se extinguen en las cenizas.
En el transcurso de los años, personajes de la política fueron escogidos por las manos de hábiles artesanos, quienes usando cartón y papel periódico, han dado forma a muñecos y a rostros caricaturescos que sacan sonrisas al más adusto de los espectadores.
Los políticos, con sus acciones plausibles y censurables, fueron y son el blanco fácil para ser expresados en las caretas hechas con pinturas y esmaltes de tonos fuertes: rosados para los rostros, rojos (labios), verdes (para resaltar los ojos), y negros (cejas y bigotes).
En este año, solo la Bonita vecindad, protagonizada por los personajes del popular Chavo del 8, compitió con nuestros políticos y los extranjeros.
La reciente muerte de Roberto Gómez Bolaños, ‘Chespirito’, el personaje que encarnó al Chavo, fue el motivo de su presencia en los estantes.
En su orden estos fueron los más solicitados en un recorrido que hizo este Diario por varias zonas: presidente Rafael Correa; Mauricio Rodas, alcalde de Quito; Jaime Nebot, alcalde de Guayaquil; Fernando ‘Corcho’ Cordero, ministro de Defensa; el magnate bananero Álvaro Noboa, cinco veces ex candidato presidencial; los expresidentes Lucio Gutiérrez y Abdalá Bucaram; Alberto Acosta, excandidato presidencial. El expresidente León Febres Cordero también aparece en los puestos.
Los políticos extranjeros, vigentes: Hugo Chávez con su boina roja medio calada; Fidel Castro, expresidente cubano; Evo Morales, representado con su singular y copioso cerquillo; y Osama Bin Laden.
En el norte, centro y sur
Anita Chisaguano, del barrio La Colmena, se lamenta porque le faltan “Correas, Rodas, Lucios, Alvaritos, y Corchos”.
“Desde el pasado lunes, que instalé el puesto en la esquina de las Naciones Unidas y República de El Salvador, la gente se lanzó a comprar estas caretas a USD 2”.
Chisaguano compró 1 000 caretas de los políticos a USD 1,30 en un local de la calle Cuenca, frente al Museo Casa del Alabado. Es la bodega de Beatriz Martínez, quien, a su vez, adquiere al por mayor en el taller de Pedro Delgado Pacheco, en la Ferroviaria Alta, suroriente.
El taller de la familia Delgado Pacheco tiene 61 años.
Pedro, el padre, lo fundó en 1953 y durante todo el año, con un descanso de 15 días en enero, fabrica miles de caretas para todo el país.
También, Jaime Valdiviezo trae alrededor de 10 000 caretas de Ambato. Su local se halla en la plaza Santa Clara, centro de Quito.Este Diario publicó un reportaje anterior del trabajo de la familia Pacheco.
Los Delgado Pacheco venden las caretas, elaboradas en 300 moldes cubiertos con una capa de cera caliente, en USD 0,60, y en las tiendas duplican el precio; luego, en las calles, el promedio se sitúa en los USD 2.
Este taller, uno de los más antiguos de Quito, tiene dos espacios: el de moldeado (trabajan tres obreros) y el de pintura. Las paredes están tapizadas con cientos de rostros de políticos que salieron en periódicos y revistas. Son los modelos.
Hacia el occidente, en las avenidas América y Mariana de Jesús, se levantan decenas de cabañas de venta de caretas, que alcanzan la avenida Colón, en el sur. Son siete cuadras en las que abundan las caretas de los políticos mencionados.
Patricio Basantes vendió ayer 100 caretas de Correa. Las fabrica en su taller de Quitumbe. “Rodas no se quedó atrás”, dice. En las avenidas Amazonas, Granados, Eloy Alfaro (norte); en La Marín (centro); en las avenidas Teniente Ortiz y Mariscal Sucre (sur), las caretas de políticos están a la mano.
Por igual sacan sonrisas a niños, jóvenes y viejos.
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