Emilio Izquierdo, Embajador Coordinador Político de Unasur, Ministerio de RR.EE., Comercio e Integración
Acerca del artículo ‘La voz del otro’, de Grace Jaramillo, publicado el 20 de septiembre en EL COMERCIO, debo expresar que es la tercera ocasión en el transcurso de este año que emite opiniones infundadas a la gestión del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración del Ecuador.
Si bien en esta ocasión la forma utilizada para expresar su opinión personal pretende emular la utilizada por el articulista del New York Times, William Zafire, el contenido denota un manejo poco prolijo, poco informado y especulativo de los hechos, que convierte al artículo ‘La voz del otro’ en un conjunto de impresiones que crean falsos temores y especulaciones. De su lectura es imposible asimilar información real sobre lo ocurrido, y solo se extraen conclusiones que repercuten negativa e infundadamente en la política externa del Ecuador.
Por respeto a los lectores de EL COMERCIO y para preservar la dignidad nacional, me veo obligado a aclarar varios puntos de su peculiar opinión.
1.- Usted hace alusión a una reunión del Consejo de Defensa, cuando lo que en realidad ocurrió fue una reunión extraordinaria de ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa de la Unasur.
2.- Usted dice: “En la reunión no pasó nada. Mejor dicho, pasó mucho pero lo que pasó no tiene nada que ver con la seguridad colectiva sino con los encontrones y problemas entre Venezuela, Ecuador y Colombia…”. Luego dice: “Brasil casi no dijo nada…”
Los hechos, sin embargo, confirman que en la reunión de cancilleres y ministros de Defensa de Unasur se consensuaron temas fundamentales para restablecer la confianza y la seguridad en la región, como la no extraterritorialidad de las acciones militares, el intercambio de información y la transparencia de gastos militares, entre otros, que han sido ampliamente destacados por la prensa nacional e internacional.
No hubo “encontrones” entre los países que se menciona. Hubo un debate conceptual y productivo en el que 11 países -Brasil, Argentina, Bolivia, Surinam y Guyana, en especial- solicitaron a Colombia garantías plenas y formales para que el acuerdo militar con Estados Unidos no rebase sus líneas de frontera.
3.- Dice que “Todo parecía ser una suerte de acusaciones bipartitas, en donde Ecuador no sabía qué hacer mientras todos los demás éramos espectadores…”.
Sobra comentar que el Canciller ecuatoriano recibió felicitaciones públicas por la conducción del encuentro, lo que no necesita ser imaginado, pues es de dominio público.
4.- “El Canciller ecuatoriano entró acompañado de sus colegas de la Alba mientras los demás esperábamos en la reunión. Luego también estuvieron juntos durante el almuerzo y nunca entendimos qué pasaba por allí y cuáles eran las deliberaciones internas…”.
La verdad es que el Canciller ecuatoriano entró a la reunión con Celso Amorim, canciller de Brasil, país que no pertenece a la Alba.
La ubicación de los cancilleres durante al almuerzo estuvo determinada, como corresponde, por el protocolo, es decir, en orden alfabético, hecho de conocimiento básico para una persona que conoce de relaciones internacionales.
5.- “En el fondo, todo esto se hubiera podido arreglar si los encargados de la Presidencia Pro Témpore hubiesen acordado antes los elementos de la reunión…”.
Ecuador, como tienen claro los analistas atentos al encuentro, elaboró un documento básico respecto a temas fundamentales que debían ser tratados en esta reunión, que fue entregado con anticipación a los países miembros de Unasur. Este texto recibió los aportes de Argentina, Perú y Brasil y fue debatido por los equipos técnicos en la reunión preparatoria del Consejo de Delegados el 14 de septiembre durante 15 horas. Producto de esta reunión fue un texto consolidado en el cual quedaron sin consenso 10 párrafos, por pedido de Colombia.