Romper tabús alrededor del examen prostático es una de las claves para lograr una detección temprana y oportuna del cáncer de próstata. Así lo consideran dos especialistas en el marco del Día Mundial contra esta enfermedad, que se conmemora cada 11 de junio.
José Gaibor, urólogo oncólogo del Hospital Metropolitano de Quito, señala que en el mundo este cáncer es uno de los más frecuentes en hombres, con aproximadamente 54 casos por cada 100 000 habitantes y una mortalidad de 18 por cada 100 000 habitantes.
En Ecuador esta patología es la de mayor incidencia con 38,8 casos por 100 000 habitantes. En Guayaquil es la primera causa de morbilidad y es la patología más común en hombres, según la Sociedad de Lucha Contra el Cáncer (Solca).
De acuerdo la institución, el riesgo de desarrollar cáncer de próstata en el país está en 35.7 casos por 100 000 hombres. En relación a la mortalidad, el riesgo se encuentra entre 10.6 y 14.3 casos por 100 000 hombres, ubicándolo en una posición intermedia en el contexto mundial.
Por ello, el especialista insiste en la necesidad de iniciar los controles prostáticos a partir de los 50 años, siempre y cuando no existan antecedentes en la familia de la enfermedad, de lo contrario, deben empezar a los 40 o 45 años.
“A pesar de todos los avances tecnológicos el examen rectal sigue siendo importante y no se descarta. Para algunos pacientes es incómodo, pero es necesario”, dice.
Ramiro Salgado, urólogo de Hospital Metropolitano de Quito, coincide en que hay que dejar de lado los tabúes alrededor de este examen y más bien debe primar la prevención. “La detección oportuna es primordial, en etapas tempranas el cáncer tiene altas probabilidades de curarse”, sostiene.
El especialista agrega que se debe valorar no solo el examen rectal sino el conjunto de chequeos que incluyen el antígeno prostático específico (PSA por sus siglas en inglés), la ecografía transrectal y cuando ya se sospecha de la enfermedad una biopsia transrectal.
Gaibor explica que el PSA, dependiendo si está dentro de los valores normales para la edad del paciente o si hay alteraciones, va a determinar si son necesarios otros tipos de exámenes.
El eco vesicoprostático, en cambio, brinda características de la próstata y permite identificar si existe algún tipo de lesión sospechosa. De esta manera el especialista evalúa si el paciente solo requiere controles o necesita realizar una biopsia. “Este examen nos va a dilucidar si estamos ante una próstata benigna o un cáncer de próstata”, señala.
Síntomas
La sintomatología es muy indistinta, dice Gaibor, y más se presenta en pacientes con síndrome prostático, que es el conjunto de síntomas que aparecen como consecuencia del agrandamiento del tamaño de la próstata.
Estos síntomas pueden ser disminución del chorro de la orina, dificultad para orinar o hacerlo por partes, o que se quede goteando. Sin embargo, estas alertas solo se presentan en un 30% de pacientes, mientras que el otro 70% no va a tener ningún malestar.
De su parte, Salgado agrega que en general el cáncer prostático en etapas tempranas es asintomático y no hay ninguna diferencia entre el crecimiento maligno y benigno y en muchos de los casos es detectado en chequeos generales.
Debido a ello, los especialistas insisten en la necesidad de los controles prostáticos una vez al año. “La detección oportuna es primordial, en etapas tempranas tiene altas probabilidades de curarse”, dice Salgado.
En etapas avanzadas, indica Gaibor, los tratamientos son paliativos y no se puede llegar a una curación definitiva de este cáncer.