Mariano Chuma (der.) muestra los atractivos del bosque primario de La Carbonería. Foto: Xavier Caivinagua / EL COMERCIO
Los atractivos del bosque La Carbonería, ubicado a 10 kilómetros del centro de la ciudad de Cañar, son aprovechados por 71 familias indígenas que pertenecen a la Cooperativa 24 de Junio – Cuchucún. Ellos cuidan el bosque primario de cuatro hectáreas.
Promueven el turismo comunitario a través del Centro Turístico La Carbonería, que fue creado hace seis años. Mariano Chuma lidera la iniciativa que ofrece visitas guiadas al área protegida, la cual tiene zonas para acampar, avistamiento de aves, comida típica…
Con el aporte de los socios construyeron una cabaña, senderos, un bar, centro de interpretación ecoturístico y un restaurante. En los últimos dos años recibieron capacitación por parte del Municipio y de la organización indígena Tucaita, que donó unas alpacas.
A La Carbonería llegan turistas nacionales y extranjeros, que son amantes de la naturaleza y paisajes andinos. Es un bosque nativo con exuberante vegetación con árboles cubiertos de musgos, orquídeas, güicundos y otras especies.
Los socios de la Cooperativa se turnan cada semana para atender a los visitantes, dice Luis Antonio Shinín. Los recursos que obtienen invierten en las mejoras y cuidado del bosque. El ingreso cuesta USD 1 y si se requiere alimentación, guía y un espacio para acampar se debe pagar USD 25 por persona, pero se debe solicitar con anticipación.
En el sitio hay piedras con formas singulares, que los indígenas asocian con gallos y rostros humanos y al recorrer los senderos se encuentran árboles de romerillo, arrayán, suro, quinual, galuay, entre otras especies. También hay pequeñas vertientes y valles ideales para el avistamiento de aves como las tórtolas, perdices y el pájaro carpintero.
“El lugar es hermoso y está bien conservado”, comenta la cuencana Lucía Jiménez, quien visitó el bosque en febrero.
Mario Chuma explica que en esta zona protegida también viven mamíferos como venados, lobos andinos y pumas. “En junio de todos los años se observa el sobrevuelo de los cóndores, y por eso estamos empeñados en conservar esta zona natural”.
Los abuelos de Chuma le contaron que hace más de 200 años este bosque fue un centro de producción de carbón y por eso adoptó ese nombre. “Las familias vivían de la tala y la quema de la madera que se comercializaba en el sur del país”, cuenta el indígena.
El domingo pasado, Chuma compartió con familiares algunos detalles de cómo se practican las actividades turísticas de Baños de Agua Santa (Tungurahua). Este lugar fue visitado por un grupo de socios de la Cooperativa 24 de Junio-Cuchucún para aprender sobre estas prácticas. Fueron invitados por el Municipio de Cañar.
Según el director municipal de Turismo de Cañar, Remigio Ortiz, el objetivo es que los indígenas impulsen los emprendimientos y mejoren la atención y los servicios. “Estas visitas de observación les sirven para mejorar y que puedan competir con otros proyectos”.
En el cantón Cañar hay cuatro proyectos de turismo comunitario impulsados por comunidades indígenas. El Municipio también promueve la participación de los niños en esos espacios a través del proyecto Pequeños Turistas.
El próximo viernes, 30 niños de una escuela del vecino cantón de Suscal visitarán el bosque de La Carbonería. El objetivo es que conozcan las riquezas, valoren esos espacios y se involucren en el cuidado.