Un equipo de 18 personas trabaja los viernes en el mantenimiento y la limpieza de la vía Baños-Pondoa. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Los caminos rurales de Tungurahua son de dos carriles, asfaltados y con señalización vertical, horizontal y cunetas. El mantenimiento de esta red vial de la provincia, de 937 kilómetros, está a cargo de 61 asociaciones de campesinos.
320 hombres y mujeres se ocupan de que los caminos que unen a las parroquias y comunas de los cantones Quero, Píllaro, Baños, Cevallos, Pelileo, Patate, Mocha, Tisaleo y Ambato estén expeditos todo el tiempo.
Beatriz Saquimpio, de 25 años, labora en uno de estos grupos. La joven, de 25 años, retira con una pala el lodo apilado en un tramo de la vía Baños-Runtún, de 13 km. Los trabajos en este tramo están a cargo de la Asociación Comunitaria El Palmar.
Sus cinco integrantes llegaron a las 07:00 del último viernes al camino periférico de este cantón. Con machetes, palas, una bomba de fumigar y una carretilla retiraron los escombros acumulados en las cunetas, luego de las lluvias.
El Palmar es una de las 61 asociaciones encargadas de la limpieza de los escombros, deslaves y maleza del sistema vial.
A inicios de este 2019, las asociaciones suscribieron los convenios con 45 juntas parroquiales para laborar en el mantenimiento vial. El plan es financiado por el Consejo Provincial. La inversión anual bordea los USD 300 000.
La generación de empleo, a través de estas agrupaciones, es el propósito de este proyecto que comenzó en el 2005 con 10 grupos. Ramón Caiza, responsable de Mantenimiento Vial del Consejo Provincial, explica que la modalidad del trabajo que realizan los grupos es la minga, y por esa labor reciben un incentivo económico que no es un salario.
Los recursos son transferidos a las juntas parroquiales, las cuales cancelan a los jornaleros. Laboran un día a la semana o cuando hay una emergencia como un deslave o pequeños deslizamientos.
La Asociación El Palmar fue fundada hace 12 años y Beatriz Saquimpio labora desde el 2016. Recibe como incentivo mensual USD 50 por los cuatro días de trabajo. El resto de la semana labora como jornalera en fincas y gana USD 15 al día.
También recibe el Bono de Desarrollo Humano. Con ese dinero financia los gastos de la casa y los estudios de sus dos hijas. Ahora, como miembro de la comunidad Runtún, se afiliará al Seguro Campesino para la atención médica.
Por esta carretera transitan los turistas que visitan la Casa del Árbol, el columpio El Vuelo del Cóndor, la Hostería Luna Runtún, entre otros destinos.
Saquimpio, María Rojas (54 años) y Luis Villarroel (56), llevan cascos y botas. Al mediodía, el 50% de la vía estuvo limpia de escombros y basura.
María Rojas, fundadora de El Palmar, deja un día a la semana el trabajo en sus invernaderos, donde produce tomate riñón, para dedicarse al arreglo de la vía. Para Rojas, el incentivo es bueno porque pagan como un jornal diario. Es importante para el grupo contar con una carretera en buenas condiciones, porque a ese lugar llegan turistas de todo el mundo.
A inicios de este año, la Asociación de la Comunidad Pondoafirmó el convenio con la Junta Parroquial de Ulba para el mantenimiento de la vía Baños-Pondoa, de 8 km.
Sus 18 integrantes podan árboles y cortan la vegetación. Llevan puestos chalecos color naranja, cascos y botas de caucho. Ellos laboran una vez a la semana, a través de mingas comunitarias.
Roxana Merino, presidenta de la agrupación, comenta que si se presenta una emergencia todos acuden para trabajar y solucionar el inconveniente, pero si el daño es complejo solicitan la maquinaria al Municipio de Baños o al Consejo Provincial para habilitar el paso vehicular.
La mujer, de 55 años, cuenta que en la asociación decidieron que los USD 2 880 que ingresan al año se inviertan en pequeñas obras de la comuna, como la reparación del sistema de agua potable, arreglos en la plaza central o se entreguen pequeñas ayudas económicas a los socios que sufran un accidente. El interés es que la carretera esté en buenas condiciones para sacar al mercado el maíz, que es el principal producto de la comunidad, además del tomate de árbol.
En la vía trabaja Segundo Pérez, de 65 años. Con una pala y una carretilla recoge la arena acumulada en un lado de la vía. Dice que no requiere de un pago, porque hace tres años realizan las mingas comunales. Sus ingresos provienen de la venta de maíz y tomate de árbol que produce en su finca.
Según los técnicos del Consejo Provincial, los problemas del sistema vial son los deslaves, por el mal manejo del agua de riego y la basura que se acumula en las cunetas.
Caiza dice que gracias a la intervención de las asociaciones, la red vial de Tungurahua es una de las mejores del país.