Guayaquil lanzó este 14 de diciembre del 2020 la campaña en contra del uso de fuegos artificiales durante las fiestas. Foto: EL COMERCIO.
En un video se observa a un hombre en terapia intensiva, respirando con dificultad. El mensaje que acompaña dice: La pandemia dejó más de 10 000 muertos, que los explosivos no dejen más. #NoPerdamosMás.
La imagen es impactante y empezó a difundirse desde la mañana de este lunes 14 de diciembre de 2020, como parte de la campaña contra el uso de explosivos en Navidad y Fin de Año, en Guayaquil.
Giusseppe Escandón, un joven víctima de los explosivos, se presentó también en el acto de lanzamiento de la campaña, en el Salón de la Ciudad de la Municipalidad. La alcaldesa Cynthia Viteri lo llamó al podio para que diera su testimonio.
Dijo que las heridas que causan los explosivos no solo afectan a la víctima, sino a todo el entorno familiar. Él perdió sus dos manos a causa de las detonaciones de los llamados “juegos pirotécnicos, pero la pirotecnia no es un juego”.
El coronel Martín Cucalón, jefe del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, informó que durante todo el año se difunden campañas para adultos o niños sobre los riesgos por el uso de explosivos. Este año, como parte de esas disposiciones de prevención, se ha restringido la quema de los monigotes gigantes, y el Municipio de Guayaquil ha tomado las medidas de bioseguridad en la venta de monigotes y explosivos en los espacios públicos.
Señaló que de esta manera se espera mitigar más víctimas o emergencias por el uso de esos materiales altamente peligrosos en las festividades de Navidad o Fin de Año.
Cucalón dijo que la manipulación de este tipo de artefactos suma más víctimas en especial en los más pequeños del hogar, en su mayoría de niños de 4 a 13 años.
Según las estadísticas de 15 casas de salud de Guayaquil, entre el 31 de diciembre de 2019 y el 1 de enero de 2020 se registró un total de 68 heridos, de los cuales 58 fueron niños y 10 adultos, afectados por manipular explosivos.
El Hospital Francisco de Ycaza Bustamante, del Ministerio de Salud Pública, tuvo la cifra más alta con 21 niños atendidos, de los cuales 20 tenían entre 6 y 14 años. Cinco de ellos fueron hospitalizados y el resto recibió atención ambulatoria. El más grave fue un adolescente de 13 años que presentó un vidrio incrustado en su mano, cuando colocó una camareta en una botella.
El Hospital Roberto Gilbert atendió a seis niños y el Hospital General IESS Ceibos a seis personas. Las heridas en algunos casos son causadas por camaretas y volcanes. Aunque no se reportaron amputaciones en ningún hospital.
La campaña se reforzará en especial en las zonas más vulnerables o críticas, ya que las estadísticas arrojan como resultado que el 80% de los afectados proviene de zonas urbano-rurales de Guayaquil.
La campaña además de crear conciencia en la ciudadanía, se reforzará en el cuidado de las mascotas en esta época, quienes también sufren por los ruidos que emiten estos explosivos.
Está previsto regalar 200 bandas ‘Safe Hug’, o antiestrés, que simularán la sensación de un abrazo para los perritos. Para acceder a ellas, se inscribirán previamente en una plataforma digital para la coordinación de la entrega.
Según la organización Rescate Animal, 70 animales fueron reportados como extraviados entre el 31 de diciembre de 2019 y el 1 de enero de 2020. El ruido provocado por el uso de explosivos produce ansiedad y taquicardia en las mascotas, lo que genera que perros y gatos huyan de sus casas y se pierdan, y en algunos casos hasta mueran.
Ana Soria, jefa de la Unidad de Quemados del Hospital Roberto Gilbert de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, confirmó que las víctimas, por lo general, son niños de entre 9 a 14 años.
Soria señaló que si bien la cifra de menores quemados, por el uso de pirotecnia, ha ido en descenso en los últimos años, los casos son más frecuentes en las festividades de Fin de Año.
“Ningún fuego artificial es inofensivo; todos pueden causar desde una quemadura leve a una quemadura grave que puede llevar a una amputación, perdida de la audición o de la visión”, explicó.
La especialista señaló que, dependiendo de la magnitud de la quemadura, un paciente puede estar de 10 a 14 días hospitalizado; siendo la amputación de un miembro, o la colocación de injertos, las causas que requieren mayor tiempo de recuperación.
“En estos casos el paciente debe continuar de forma ambulatoria con seguimiento por cirugía plástica, terapia física, terapia ocupacional o en los casos que requiere el manejo psicológico”.
Las recomendaciones que da la especialista para evitar que más niños lleguen a un hospital por quemaduras por pirotecnia:
1. No permita que niños y adultos manipulen o utilicen fuegos artificiales.
2. No compre fuegos artificiales clandestinos.
3. Enséñeles a los niños los riesgos de quemaduras al usar elementos que contienen pólvora. No manipular los escombros de la quema de monigotes.
4. No existen fuegos artificiales inofensivos, una vez encendidos resultan incontrolables.
5. No encienda fuegos artificiales que no han reventado en el primer intento. Si no explota nunca debe tocarse, aunque la mecha esté apagada.
7. Nunca guarde camaretas, cohetes o petardos en los bolsillos ni los arroje cerca de las cajas de tomacorrientes, cilindros de gas o tanques de combustibles de automotores.
8. Los fuegos artificiales pueden causar incendios con la pérdida de vidas humanas y materiales, no los utilice y denuncie la venta ilegal.
En caso de que se produzca una quemadura grave, retire la ropa con cuidado, coloque agua a temperatura ambiente sobre la lesión durante 15 o 20 minutos. No aplique ninguna sustancia y traslade inmediatamente al afectado a un hospital.