Relevo de la Guardia Presidencial en la Plaza Grande de Quito, este lunes seis de abril. Foto: David Landeta/EL COMERCIO
El reloj del palacio de Carandolet marca las 11:00. Este 6 de abril, como todos los lunes, la Plaza Grande luce abarrotada de turistas y curiosos que esperan para ver el relevo de la Guardia Presidencial.
Cinco minutos antes de las 11:00, el presidente Rafael Correa llega al balcón desde donde presenciará el relevo de guardia. Cuando el Primer Mandatario aparece un grupo de simpatizantes aplaude y le grita “feliz cumpleaños”, él responde con una sonrisa y saluda a sus seguidores.
Cuatro campanadas dan inicio a la ceremonia castrense. Por la puerta del Palacio aparecen las botas negras de los Granaderos de Tarqui –nombre con el que se conoce a los miembros del la Escolta Presidencial– marchando al compás de ritmos marciales. Se dividen en dos grupos y descienden por las escaleras de Carandolet y se dirigen al monumento de la Independencia.
Los jinetes de la Escolta Presidencial también ingresan a la Plaza Mayor, todos sobre sus caballos y sosteniendo una lanza con la mano izquierda. Son ocho en total y rodean el monumento erguido en el medio de la plaza. El comandante de la escolta anuncia el inicio de la ceremonia de relevo y pide respeto a los asistentes. Son las 11:10 y se entona el Himno Nacional.
Mientras el público corea las estrofas del Himno, dos granaderos izan la bandera ecuatoriana en la torre del Palacio. El Presidente también entona la canción patria, de espaldas al público y con la mirada fija en el estandarte nacional. La música termina y por los parlantes se escucha “viva el Ecuador”, algunos de los asistentes llenos de emoción contestan “que viva”.
El clima favoreció al evento, a pesar de esto, las personas usan sombrillas para protegerse del débil sol de Quito, en una semana caracterizada por las lluvias. Los Granaderos de Tarqui permanecen inmóviles en el centro de la plaza, con sus chaquetas azules, sombreros altos, pantalones blancos y zapatos negros, llaman la atención de los turistas, sobre todo extranjeros que observan el espectáculo con atención.
A las 11:25 uno de los Granaderos, que comanda la Guardia Presidencial, entrega una espada a su par que se encargará de la seguridad del Presidente en la siguiente semana. En su discurso el Granadero saliente pide “salvaguardar la integridad” del Presidente de la República.
Al escuchar el nombre de Rafael Correa algunas personas en el público aplauden y se emocionan, mientras hondean banderas y globos verdes. Tras la entrega de la espada la banda de la guardia del presidente, que también lleva el uniforme azul con blanco, toca “Patria tierra sagrada”.
A las 11:30 la ceremonia culmina. Los Granaderos de Tarqui regresan al Palacio de Carondelet, después de 30 minutos. Durante la ceremonia el tiempo se detiene en la Plaza Grande que, tras media hora, regresa a su normalidad con turistas tomando fotos, personas apuradas por realizar trámites y ancianos que han observado un sinnúmero de cambios de guardia, sentados en las bancas de piedra del lugar.