Calles de Quito están en mal estado, pese al plan de repavimentación

La avenida 10 de Agosto es una de las arterias principales y tiene baches y desniveles. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

La avenida 10 de Agosto es una de las arterias principales y tiene baches y desniveles. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

La avenida 10 de Agosto es una de las arterias principales y tiene baches y desniveles. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

La vía principal de acceso a la Roldós (en el norte de Quito) es angosta, transitada y tiene 40 baches en tres cuadras. Los carros pasan despacio, con cuidado, para no perder el control. Leonardo Cuestas, dirigente de la cooperativa barrial, dice que a pesar de la precaución se dañan las suspensiones de los neumáticos de los vehículos.

En el barrio Monjas Orquídeas (centro-oriente), la calle Luis Larenas no ha sido repavimentada desde hace 40 años. Con las lluvias de esta semana se comenzaron a formar agujeros. En dos cuadras hay 15 huecos. “Solo hacen bacheo y se van”, manifestó el dirigente Carlos Escobar, y pidió una intervención de la autoridad.

En algunas calles adoquinadas de San Juan, como Bogotá y Asunción (centro), también hay problemas. Los bloques comienzan a levantarse y los autos se estropean al caminar.

Las quejas son recurrentes en las reuniones semanales que mantienen los dirigentes de al menos 10 barrios de Quito con sus vecinos: las calles se encuentran en mal estado, con baches que en algunos casos miden más de 15 centímetros de profundidad. Aseguran que las tareas de bacheo son insuficientes y duran poco tiempo.

Para Marco Moya, presidente de la Confederación de Barrios del Ecuador, el plan municipal de repavimentación Kilómetro a kilómetro, implementado por la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), desde septiembre del año pasado, no ha llegado a sectores de la capital que han sido abandonados por años.

Cita a la av. Galo Plaza Lasso, una de las principales arterias del norte, que conecta a Carcelén con el parque Bicentenario. La calzada tiene fisuras y cientos de irregularidades desde el intercambiador de El Labrador hasta la Capitán Yépez.

Para los conductores es incómodo movilizarse. “Siento que el carro da pequeños saltos mientras conduzco”, dijo Nathaly Díaz, quien vive en Ponciano y utiliza esa ruta a diario para ir al trabajo. En otros puntos comienzan a abrirse huecos junto a las aceras.

Ante esa situación, el gerente de la Epmmop, Rafael Carrasco, señaló que el programa de repavimentación se ejecuta en su primera fase. A futuro está previsto intervenir en la Galo Plaza, pero no se ha definido una fecha para comenzar. “Las necesidades son muchas. Estamos incluso trabajando en vías que son de tierra. También hay que atender a esa gente a la que no se le ha ayudado desde hace 40 años o nunca”, dijo.

Ese programa busca intervenir en 150 km. Hasta el momento, se ha trabajado en 140 km en 96 calles, lo cual implica un avance del 93%.

El monto de la obra supera los USD 47 millones. De los cuales, en lo que va de la primera etapa, se han invertido 27,78 millones. La entidad explicó que actualmente se labora en 10 calles de tierra o empedradas. A ello se suman 32 que ya concluyeron, en sectores como Martha Bucaram, Turubamba, Guamaní y La Argelia.

Según la Epmmop, pese al recorte presupuestario del año entrante, la repavimentación continuará.

Gladys Ordóñez es coordinadora de los barrios del suroc­cidente. A su juicio, las lluvias de los últimos días destruyeron el bacheo y hay sectores a los que el Municipio no ha llegado. “Cuando nos reunimos, los líderes me dicen que hay problemas de calles en malas condiciones en El Pintado, Chillogallo, Atahualpa, etc.”.

Una de las vías más afectadas es la Manglaralto, en San Bartolo. Está en pésimas condiciones y se volvió un botadero.

En la Epmmop se indicó que pese a que la pandemia complicó los trabajos, la tarea avanza. “No solamente provocó un retraso en el cronograma, sino que también acarreó inconvenientes en los procesos de contratación”.

Por ejemplo, en mayo estaba previsto intervenir en el Camino de los Conquistadores, pero aún no se lo ha hecho.

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